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transformaciones surgen y evolucionan directamente de ciclos precedentes y, por lo tanto, son de naturaleza recursiva. El modelo nos permite imaginar que la experiencia de Van Gogh en el campo de trigo evolucionó a través de innumerables, simultáneos y recursivos ciclos de transformaciones imbuidos emocionalmente, de una complejidad inimaginable, que, de alguna manera, produjeron una pintura al óleo milagrosa, singular y trascendente. Análogamente, proporciona un modelo en el que la experiencia informe de un paciente evoluciona a través de innumerables y recursivos ciclos de transformaciones para producir procesos mentales inconscientes que, eventualmente, se traducen en experiencias y síntomas. Una vez más, la teoría de las transformaciones de Bion sugiere un modelo de cómo se desarrolla la mente y no de por qué se ha desarrollado de una u otra manera. II. Da. El signo “O” El elemento más complejo de la teoría de las transformaciones de Bion es el signo O. Cuando Bion introduce O, lo vincula directamente con el concepto de kantiano de la “cosa en sí” (Bion 1965, V , p. 138). Por tanto, O no puede percibirse directamente; incluso las percepciones sensoriales no mentales son percibidas por el cerebro y, por tanto, no pueden vincularse directamente con la cosa en sí de Kant. La percepción sólo puede ofrecer un sentido, una insinuación o una intuición de lo que sea que exista más allá. O es el campo de flores en sí mismo, sin conexión con ninguna presencia o experiencia humana. Cómo concebir una realidad que existe aparte de la percepción humana ha sido un problema central de la filosofía durante miles de años. Freud también se enfrentó a este problema (Freud 1895, 1900). El signo O es, por tanto, una cifra que sustituye una abstracción inmaterial y metafísica. En una ocasión, Bion escribió que O está vinculado al “origen (O)” de las respuestas del paciente (Bion 1965, p. 139). Se puede hablar de lo que representa el signo O, pero nunca se puede afirmar directamente qué es o si existe antes de la transformación mental. Bion empleó varios términos adicionales prestados de la filosofía y el misticismo para evocar estas ideas con respecto al signo O, incluida la Realidad Última (de la metafísica), la Forma (de Platón) y la divinidad (del misticismo). Por ejemplo, se puede conjeturar una Forma Platónica de tres lados inherente al universo que se podría denominar Triángulo. La forma Triángulo tiene una existencia inmaterial sin relación con la existencia humana. Todas las formas de tres lados que encontramos en nuestro mundo material y sensorial y que llamamos triángulos, han sido creadas por la mente mediante transformaciones de la invariante: la forma platónica del Triángulo. Estas transformaciones evolucionan a partir de las transformaciones de la forma O (como el triángulo platónico) a la Tβ de cualquier triángulo que percibimos con nuestros sentidos. Bion propuso que las emociones y los elementos-β pueden servir como realizaciones iniciales, lo que significa que el signo O puede representar una experiencia emocional o un elemento-β (no relacionado con Tβ; ver más abajo, en “Transformaciones y la teoría del pensamiento”, el apartado dedicado a elementos-β).
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