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representa el producto de las transformaciones a través de la función-α, y el signo elementos-α representa los primeros elementos mentales disponibles para la mente primitiva (nuevamente, el signo “α” no tiene relación con su uso en la teoría de las transformaciones). Esta transformación fundamental, de elementos-β no mentales a elementos-α mentales, constituye el proceso básico de la teoría del pensamiento. Bion trabajó muchas dimensiones de este proceso básico de transformación, incluida la forma en que la mente altera el proceso de pensamiento al servicio de la defensa primitiva (ver más abajo). El enfoque de Bion sostiene que los elementos pre-mentales y proto-mentales estimulan el desarrollo mental (el pensamiento) para poder gestionarlos. En la noción de Bion de “pensamientos que no tienen pensador” (por ejemplo, Bion 1967b, VI, p. 201), el campo pre-mental contiene la invariante que espera ser transformada en pensamiento. En otras palabras, el pensamiento sin pensador apunta a “la idea de infinitud [que es] anterior a cualquier idea de finitud. Lo finito es ‘conquistado del infinito oscuro y sin forma’” (p. 201). Bion vincula el concepto de “pensamientos” primarios en parte a los elementos-β (por jemplo, Bion 1963a, V, pp. 80-81) y al concepto de organizaciones mentales innatas llamadas “preconcepciones” (por ejemplo, Bion 1962a, VI, pp. 161-163; Bion 1965, V, p. 175). En muchos sentidos, las preconcepciones parecen análogas al concepto inicial de estructura mental profunda de Chomsky (Chomsky 1965). Ejemplos prototípicos de preconcepciones de Bion son “el pecho” (como ocurre con la forma platónica del triángulo, tal vez sería más útil escribirlo como El Pecho) y el complejo de Edipo. Bion propuso que un bebé que se alimenta del pecho (una situación real adecuada para funcionar como una realización) tiene una experiencia emocional moldeada por la preconcepción innata de “el pecho”. Bion escribe: “Debo suponer que el bebé posee una preconcepción innata de que existe un pecho que satisface su naturaleza incompleta. La realización del pecho proporciona una experiencia emocional” (Bion 1962b, IV, p. 337). La preconcepción conecta elementos pre-mentales y proto-mentales con la función (experimentada emocionalmente) de alimentar dentro de la relación que se da en la realización de un bebé en el pecho. El pecho organiza una invariante emocional para transformaciones futuras, que entre otras funciones puede organizar relaciones objetales inconscientes. Bion escribe: “Debemos suponer que el pecho bueno y el pecho malo son experiencias emocionales” (p. 302). Con este fin, Bion representó las tres categorías más amplias de funciones vinculantes imbuidas emocionalmente como L, o amor (un pecho bueno); H, u odio (un pecho malo), y K, o conocimiento (ver “Transformaciones en K y O”, más adelante). Sin embargo, el pensamiento no se desarrolla cuando el pecho encuentra una realización en un bebé satisfecho con su comida. Por el contrario, el pensamiento surge cuando el bebé se siente frustrado y no puede producir una realización que le permita satisfacerse. Por ejemplo, cuando el bebé tiene hambre y no se da cuenta de la preconcepción del pecho, Bion también imagina una relación emocional, en este caso con un “no-pecho” (o No-Pecho). La relación no-pecho vincula las cualidades
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