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pensar, más el Pensamiento. El último es sinónimo de prudencia o predicción* de la acción” (Bion 1979b, p. 329). En la teoría de Chuster, epistemológicamente hablando, éstos deberían guiar la aplicación de cualquier modelo. Los vértices (puntos de vista) éticos y estéticos asociados, tienen como objetivo crear un lenguaje para interpretaciones de cualquier realidad vital. En los últimos veinte años, Chuster (1999, 2002, 2011, 2014, 2018; Chuster et al. 2014) ha realizado varias modificaciones y adiciones a la Teoría de la Transformación de Bion. Toma como punto de partida el modelo psicoanalítico de Bion, que propone pensar de forma nueva y encarnada el movimiento que se da en el núcleo de la psique, que Bion llama preconcepción. El modelo que afirma que la preconcepción busca una realización para generar concepciones (pensamientos) es un modelo de tres periodos, epistemológicamente diferenciados de los cuatro pasos de las pulsiones instintivas del modelo freudiano. Se puede decir que es un modelo no estructural. El movimiento preconcepcional observado mediante el principio de la complejidad traza una nueva manera de entender el desarrollo humano; de hecho, se podría considerar el modelo preconcepcional como una representación de la complejidad que Bion también llamó “O” (1965). El modelo preconcepcional considera que los humanos tardan en desarrollarse, son “criaturas neoténicas”, que conservan algunas características prenatales y neonatales hasta estadios bien avanzados de su desarrollo (Chuster, 2018). Nacen muy inmaduros para disminuir el impacto de los factores innatos y amplificar la capacidad de aprender de la experiencia. La vida se basa en aprender de la experiencia, la cual se emplaza en la mente misteriosa. Como ejemplo de complejidad de la preconcepción , se puede investigar su producción y sus productos en el ámbito del pensamiento y el lenguaje; es decir, la producción de significados y palabras, así como sus efectos en el cuerpo. Cada pensamiento (concepción) remite a un estado indeterminado, una totalidad siempre abierta al cambio, que se constituye mediante un vínculo referencial donde “continente” y “contenido” interactúan constantemente en los límites de la capacidad de la función alfa (una extensión de la interacción entre la madre y el bebé a través de la función de ensoñación). Este vínculo referencial es fundamental para el proceso analítico. Se expresa efectivamente como indeterminación en la psique, y, en psicoanálisis, mediante transformaciones del proceso asociativo. Por ejemplo, cuando un paciente cuenta un sueño, nadie puede predecir cuáles serán las asociaciones y hacia dónde le conducirán. De la misma manera, nadie puede predecir qué cambios de un estado mental a otro se producirán tras una interpretación. Este es el principio ético-estético de Incertidumbre , sumado al principio de Incompletud . Otra consecuencia de este vínculo es el carácter infinito de su desarrollo. Chuster (1999, 2002, 2014 y 2018) lo denominó principio de infinitud . Esto facilita la noción de que el inconsciente humano necesariamente va más allá de lo que se esconde bajo el manto del término “inconsciente freudiano”. Por ejemplo, si se habla de (el) Inconsciente, significa que ya se está fuera del sujeto. El inconsciente ya se ha expandido y exige una nueva interpretación. Es necesario
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