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adecuada del “lenguaje del éxito” (Bion, 1970) para ser utilizado en la historia que se desarrolla en el proceso analítico. Al mismo tiempo, se necesita una especie de “ángel de la guarda”, que Chuster denominó “ principios ético-estéticos de observación ” (Chuster, 2002, 2003, 2014, 2018). III. Ab. Las transformaciones autísticas y las transformaciones no integradas de Celia Fix Korbivcher Celia Fix Korbivcher (2005, 2010, 2013b, 2017) desarrolla aún más el enfoque de Bion al proponer dos nuevos grupos de transformaciones: las transformaciones autísticas y las transformaciones no integradas . Estos conceptos representan un esfuerzo para facilitar la comprensión de los núcleos autísticos y no integrados en pacientes neuróticos, ampliando la comprensión de las situaciones clínicas cuando el ambiente del análisis padece una “ausencia de vida afectiva” o cuando prevalecen estados de amenaza de la propia pérdida de la existencia expresados mediate intensas manifestaciones corporales sin representación en la mente. Ambas situaciones provocan en la mente del analista un alto nivel de malestar. En los estados autísticos, el paciente retiene en su mente al analista como alguien privado de existencia. Esto provoca que se generen estados no integrados en la mente del analista, lo que a menudo perturba su capacidad para identificar la cualidad de la comunicación con el paciente. Korbivcher (2005, 2010, 2013a,b, 2017) formuló una síntesis entre el trabajo de Bion, principalmente sobre las partes psicópatas y no psicópatas de la personalidad (1957) y su teoría de la transformación (1965), y el trabajo de Tustin sobre los Estados Autísticos y No integrados (1986, 1990). La evolución de la contribución sintética de Korbivcher se remonta a elementos específicos de las conceptualizaciones de Tustin y Bion. Según Frances Tustin (1986, 1990), los fenómenos autísticos aparecen principalmente en individuos con una sensibilidad exacerbada y autosensualidad extrema. Para estos individuos, la conciencia de la separación corporal de su objeto primario se produjo de forma abrupta en la infancia o primera niñez, antes de que hubiesen adquirido la capacidad de soportarlo. Experimentaron la separación como si les fueran arrancadas partes de su propio cuerpo o de sí mismos, con la consiguiente amenaza de aniquilación inminente, con los resultantes agujeros internos (una analogía de los “agujeros negros”). Semejantes experiencias conducen al individuo a desarrollar rasgos autísticos, en los que se retrotrae en una “coraza protectora” y permanece absorto en actividades autosensuales. La relación que se establece con el objeto en el ámbito autístico se produce a través de objetos autísticos y formas autísticas . El individuo, de esta manera, obtiene un estado de continuidad con el objeto que lo protege de experiencias insoportables de vulnerabilidad ante la conciencia de separación del objeto. Los objetos autísticos son experiencias con objetos duros y por el contacto con límites. El objeto autístico protege la conciencia de la ausencia del objeto, por lo que se
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