Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

Volver a la tabla de contenido

Los fenómenos autísticos pertenecerían a un área relacionada con los elementos beta , pero son de otra calidad . Bion definió los elementos beta como elementos sensoriales no transformados por la función alfa y, por tanto, no apropiados para el pensamiento. Son estímulos sensoriales no digeridos, y se descargan o expulsan con la intención de liberar el aparato mental de la acumulación de tensiones. Esto crea una barrera hecha de elementos beta (la pantalla beta), lo que significa una acumulación de elementos beta. Los fenómenos autísticos, por el contrario, tienen un carácter estático de pertenencia al mundo inanimado . Se puede suponer que, al igual que los elementos alfa y beta, cuando se agrupan producen la barrera de contacto y la pantalla Beta respectivamente, los elementos autísticos agrupados crean una “barrera autística” protectora. El individuo busca protegerse mediante esta barrera autística y, con actividades autosensuales, genera su propio objeto, un objeto con características autísticas (Tustin, 1986, 1990). A diferencia de los elementos beta, los elementos autísticos no proporcionan alivio mediante la descarga, sino que ofrecen protección en situaciones en las que el individuo se encuentra en un estado de terror ante la amenaza de perder la noción de su propia existencia (Korbivcher, 2005, 2010, 2013b). Según Esther Bick (1968, 1986), los fenómenos no integrados se manifiestan en todos los seres humanos desde el nacimiento. Estos estados pueden avanzar hacia cierta integración a través de una interacción continua con un objeto que puede satisfacer las necesidades sensoriales iniciales del bebé. Esta interacción proporciona la constitución de los rudimentos de la noción del sí mismo. Si esta interacción no se produce de forma favorable, el bebé puede experimentar estados de extrema vulnerabilidad. Surge, por tanto, un estado caótico provocado por el terror a perder los límites del propio cuerpo. En última instancia, lo que prevalece es la amenaza de perder la noción de existencia misma. Las amenazas de caer en un “agujero negro”, disolverse y derramarse son expresiones de estos estados. Tustin (1986), haciendo referencia a la no integración, escribe: “En psicoterapia, cuando los pacientes salen del autismo, muestran muy claramente que se encuentran al borde de ‘caer’ o ser ‘dejados caer’. Las interrupciones en la continuidad de la presencia física del analista, como los fines de semana y las vacaciones, no se experimentan por estos pacientes como rechazo, como pasa con pacientes en un estado de respuesta neurótico, sino como interrupciones físicas reales … Muy literal y físicamente, se sienten ‘defraudados’. Es como si la tierra se hubiera abierto bajo sus pies, y se sienten al borde de un abismo que se abre ante ellos … En su estado elemental de desarrollo psíquico habían sentido que caían en un vacío con nada de donde agarrarse o para amortiguar la caída” (p. 193f). Esta herida primaria de la separación física de la madre puede, entonces, reaparecer en otras situaciones de separación. Desde el punto de vista de Tustin (1990), la pérdida de la noción de existencia es probablemente la mayor amenaza que pueda

799

Made with FlippingBook - Online magazine maker