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experimentar un ser humano. Afirmó que esta amenaza es peor que la muerte misma. Ante la muerte, el ser humano abandona el cuerpo, mientras que cuando la amenaza es la pérdida de la noción de la existencia misma, no queda nada. En sus últimos trabajos, Bion (1977*, 1979b, 1980, 1991/1992, 1997) demostró un fuerte interés por el funcionamiento de los estados mentales embrionarios y las manifestaciones de los fenómenos primordiales. En 1975 planteó las siguientes preguntas en una reunión de la Sociedad Psicoanalítica de Los Ángeles: “¿Es posible para nosotros, como psicoanalistas, pensar que todavía puede haber vestigios en el ser humano que sugieran una supervivencia en la mente humana, análoga a la del cuerpo humano, de evidencia en el campo de la óptica de que alguna vez hubo fosas hoyos ópticas, o en el campo de la audición de que alguna vez hubo fosas auditivas? ¿Hay alguna parte de la mente humana que todavía muestre signos de una intuición ‘embriológica’, ya sea visual o auditiva?” (Bion 1989 [1977], p. 42). Según Bion (1991/1992), los equivalentes mentales de los restos embrionarios son visibles incluso cuando el individuo ejercita la función desarrollada del habla. Uno de los descubrimientos fundamentales del psicoanálisis es el contacto con estos estados mentales arcaicos, patrones de comportamiento primitivos y manifestaciones que pueden detectarse incluso en los individuos más civilizados y cultos. Posteriormente, Bion también hizo referencia a un estado mental en el que las ideas o los pensamientos nunca habían sido conscientes y/o inconscientes y cuyo origen está fuera de su alcance: “…lo más cercano que puedo darle a un título provisional, es el estado mental inaccesible…” (Bion 1997, p. 50). En referencia a las proto-emociones , Bion (1974, 1975) propuso el término “terror subtalámico”. Lo definió como un tipo de miedo que no se controla con la mente y, por tanto, no adquiere significado. El terror subtalámico se refiere a las manifestaciones corporales de restos de partes prenatales remanentes que abarcan las glándulas suprarrenales y la secreción de adrenalina, que se activan en ciertos momentos, llevando al individuo a reacciones irreflexivas de lucha y huida. Korbivcher plantea la hipótesis de que Bion, en sus últimos trabajos, quizás esté empezando a formular una categoría de fenómenos similar a los fenómenos no integrados . Por ello, defiende la inclusión de este tipo de fenómenos en la teoría de las Transformaciones. Las transformaciones no integradas , según Korbivcher, se caracterizan por intensas manifestaciones corporales no mentales. Se desarrollan en un dominio no integrado, cuyo resultado es la ausencia de delimitación del sí mismo y de la noción de un objeto separado. Un estado de amenaza y vulnerabilidad permanentes y un estado de terror a perder la noción de existencia misma son algunas de las invariantes de las transformaciones no integradas.
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