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libre tradicional, revitaliza el diálogo entre analista y analizado y permite que pacientes y analistas sueñen juntos cuando los pacientes aún no han podido hacerlo por sí mismos. “Al igual que la asociación libre, hablar a la manera del soñar tiende a incluir un considerable pensamiento primario y lo que parece ser non sequitur …” (Ogden 2009, p. 14). V. B. DESARROLLOS ESPECÍFICOS DE AMÉRICA LATINA En el amplio marco de la construcción y evolución conceptual, algunos autores latinoamericanos contemporáneos (Laverde y Bayona 2012) señalan que la actualización de un elemento de la técnica como la asociación libre –que se convierte en concepto–, tiene su origen en un hecho clínico. Por tanto, es de suma importancia definirlo con claridad, identificar y delimitar su uso, distinguirlo de otras conceptualizaciones similares. Los desarrollos ulteriores del concepto pueden dar lugar a un enriquecimiento que, saturado, no admite más cambios so pena de desnaturalizarse (diluirse); si se diluye y desdibuja en un determinado momento ya no sería posible reconocerlo. Lo procedente en ese momento es considerar la posibilidad de crear un nuevo concepto. Emilio Rodrigué y Geneviève T. de Rodrigué (1966) no abordan directamente la asociación libre, sino el concepto de asociación, que dividen en dos categorías: “la charada” (acertijo, adivinanza, jeroglífico), que es una asociación por similitud y alberga un doble sentido; y, por otro lado, “la asociación simbólica”, donde se conectan dos niveles de funcionamiento psíquico: el nivel inconsciente A para al nivel consciente B. En la asociación libre estarían presentes estos dos niveles de asociación. Esta distinción hecha por los citados autores coincide con la propuesta de Lacan de metáfora (por similitud) y metonimia (por continuidad) dentro de su postulado de que el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Heinrich Racker (1966), en su libro sobre estudios de técnica psicoanalítica, observa que los principios técnicos básicos y fundamentales de la técnica psicoanalítica, entre ellos la asociación libre, pueden variar en su formulación y en su forma de aplicación y contenido específico de las respuestas de los pacientes. Sin embargo, afirma que la “regla fundamental” como principio que Freud formuló con el propósito de “hacer consciente lo inconsciente”, continúa cumpliendo el mismo objetivo, a pesar de variaciones y divergencias. En “Psicoanálisis del marco psicoanalítico”, José Bleger (1967) sostiene que hay dos marcos [ settings ] (más tarde, [Bleger, 2013] tradujo setting , del inglés, como encuadre –sobre la traducción de setting como “ marco ”, ver Bleger, 2013, p. xvii, y para “ encuadre ” en lugar de “ marco ”, ver pp. xli-xlii): uno propuesto y mantenido por el analista y conscientemente aceptado por el paciente, y otro del paciente, sobre el cual proyecta su “mundo fantasma”, es decir, sus fantasías inconscientes, que eventualmente lo llevarían a romper el marco/encuadre o a generar adicción. También califica el
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