para el cual fuimos diseñados, libres en el océano azul y puro del amor eterno de Dios. En la actualidad nos pasa lo que nos sucedía cuando éramos niños y percibíamos los aromas cálidos provenientes de la cocina de nuestra madre o de nuestra abuela, nos percatamos de unos cuantos olores apetecibles que se convierten en un anticipo de lo que es el cielo. La belleza y la gloria de la naturaleza que vemos, tal como lo expresó C.S. Lewis, son “ solamente el primer bosquejo ” de lo que es el paraíso. Lewis asevera: “ El gozo es el asunto más serio del cielo ”. El apóstol Pablo declara: “ Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman ” [1 Corintios 2:9]. Para mí la existencia de Dios y la realidad del cielo son verdades evidentes. Creo que si usted escucha su corazón, este le dirá que, por encima de cualquier otra cosa, sus anhelos más profundos y más honestos son
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