conservar un área caracterizada por la muerte.
Por tanto, Él, en su amor, lo reclama todo. No
hay forma de negociar con Él… ‘Si usted no ha
elegido el renio de Dios, al final cualquier otra
cosa que haya elegido no tendrá ninguna
importancia’. Estas son palabras difíciles de
aceptar. ¿Realmente puede tener importancia el
que usted haya elegido las mujeres o el
patriotismo, la cocaína o el arte, el whisky o una
posición en el concejo de ministros, el dinero o
la ciencia? Pues bien, con toda seguridad no
será de tal importancia como para valer la pena,
pues en ese caso, habremos perdido el propósito
para el cual fuimos creados y habremos
rechazado lo único que satisface. ¿Acaso le
importa a un hombre moribundo en un desierto
en qué cruce de caminos se desvió de la ruta
correcta que conducía al único pozo de agua? ”
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