representa una mentalidad mucho más liberal. De hecho, es un poco arrogante que un ateo asevere que Dios no existe. Aseverar que no hay Dios en este basto universo, en esta dimensión o en cualquier otra dimensión de la realidad es, poco menos que presuntuoso. Una persona prácticamente tendría que ser Dios para poseer ese tipo de conocimiento. Aseverar que se tiene el conocimiento y la certeza de que no hay Dios es como si dos pulgas que viven en un perro en Kansas discutieran sobre la existencia de los canguros en Australia. Ellas, al igual que cualquier ser humano, no tienen la autoridad para aseverar con autoridad que Dios no existe. No es honesto a nivel intelectual decir que uno sabe lo que no se puede saber. Declarar que Dios no existe es una aseveración que no se puede comprobar; los agnósticos, por lo menos, reconocen sus limitaciones al declarar que tal vez podría existir un Dios más allá de lo que ellos conocen.
27
Made with FlippingBook Digital Proposal Creator