Creer en un Dios que no puedes ver

llegar a las diferentes partes del cerebro exactamente al mismo momento. Por ejemplo, en el caso de nuestros ojos, cuando la retina envía las señales de la visión al cerebro, esas señales enviadas desde la parte externa del ojo tienen que viajar una mayor distancia que las que están cerca del centro del ojo en donde se haya ubicado el nervio óptico. Por tanto, las señales que están en un lugar más lejano del nervio óptico tienen que viajar más rápido que las que están más cerca del nervio óptico, de forma que todas lleguen al cerebro exactamente en el momento indicado. Si alguna vez usted ha tenido la oportunidad de ver imágenes borrosas en la pantalla de un antiguo televisor cuando trataba de recibir dos grupos de imágenes al mismo tiempo, entonces tendrá una clara idea de cómo funcionarían nuestros cerebros si las señales del ojo no llegaran todas al destino correcto exactamente en el momento

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