establece que todos los objetos, cuando se les permite tener su desarrollo natural, pasan de un estado de orden a un estado de desorden y decadencia (por ejemplo, los cuerpos se descomponen, los carros se oxidan, las montañas se erosionan, los relojes se dañan, las estrellas se extinguen, las máquinas de escribir de los micos que habíamos mencionado se desgastan y, por supuesto, las complejas moléculas como el ADN y el ARN se destruyen). Para que la evolución atea funcione sería necesario, no solo que la primera célula superara las probabilidades que se acercan al infinito, sino que también tendría que reversar la Ley de la Entropía . El factor tiempo, al contrario de lo que piensa la opinión pública, es uno de los más grandes enemigos de la evolución. Hay un problema más, llamado complejidad irreducible . Algunas cosas son tan complejas y dependen una de las otras a tal punto que todo un conjunto de cosas tendrían que haber
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