hay un diseño obvio en algo, asumimos correctamente que hay un diseñador. Por ejemplo, si levantase mis ojos al cielo un día y viera que las nubes forman la siguiente frase: “ coma en Joe’s Pizza ”, jamás diría: “ Increíble, ¡qué coincidencia! ” evidentemente, asumiría que Joe probablemente contrató a un piloto para que escribiese eso en las nubes. Si fuese a desayunar el día de San Valentín y viese unas hojuelas de cereal organizadas en forma de corazón en la mesa con la frase “ Te amo ” al interior del corazón, jamás asumiría que a mi esposa se le regó el cereal y accidentalmente se generó ese mensaje. En otras palabras, siempre que vemos mensajes inteligentes de cualquier tipo, sabemos que no sucedieron por el azar; entonces, ¿por qué hemos de asumir algo diferente con el ADN? Se trata de un lenguaje altamente sofisticado que hace que los mensajes de Pizza Joe o del cereal parezcan garabatos de un niño de un año.
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