Estudio Bíblico_Lección Uno - Treinta Libro de Mateo

Entendiendo Génesis Capítulo Uno LECCIÓN UNO: En el Principio era el Verbo

“Varón y hembra los creó”. LeBoutillier afirma complementariedad biológica y relacional. La distinción de género se presenta como diseño divino, no construcción cultural. Tanto varón como mujer comparten igualmente la imagen de Dios y juntos cumplen Su mandato de “ser fructíferos y multiplicarse”. Esto no es una nota al pie—es fundamental para entender el matrimonio, la familia y el florecimiento humano. Gruber enmarca casi toda controversia cultural moderna como un rechazo de estos versículos. Diagnostica un solo error antiguo detrás de muchos problemas: un divorcio entre el “yo verdadero” (pensamientos y sentimientos) y el cuerpo. Si la persona real es solo estados mentales, el cuerpo se convierte en un disfraz para ser ignorado, reutilizado o cortado. Etiqueta esto como un renacimiento del gnosticismo antiguo y muestra cómo colisiona con la unidad cuerpo-alma y diseño de Génesis 1. El aborto, argumenta, descarta el cuerpo humano no nacido como “no-persona” si la personalidad equivale a consciencia. La eutanasia aplica la misma lógica a pacientes con demencia. La ideología transgénero opera sobre el credo “No soy mi cuerpo”, buscando

VERSÍCULOS 26-31: LA IMAGEN DE DIOS Y EL MANDATO CULTURAL Pregunta 6: ¿Qué significa llevar la imagen de Dios en un mundo que ha olvidado a su Hacedor? El versículo 26 marca el punto de inflexión: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. Este cambio en el lenguaje—de “Hágase” a “Hagamos”— señala algo profundamente diferente. John MacArthur destaca que esto revela la acción personal y deliberada de Dios y la naturaleza trina de Dios. Cristo es afirmado como el Creador en el Nuevo Testamento, y el Espíritu Santo ha estado cerniéndose sobre la creación desde el principio. Paul LeBoutillier explica que los humanos están únicamente apartados—racionales, morales, relacionales y creativos—reflejando aspectos de la naturaleza de Dios. Esta imagen define la dignidad y responsabilidad humanas. La humanidad no es un accidente de la naturaleza sino un acto deliberado de Dios. De esta verdad fluyen las doctrinas bíblicas de la santidad de la vida, la responsabilidad moral y la comunión espiritual con el Creador. Seth Gruber trata Génesis 1:26–28 como el “mandato cultural” de la Biblia—una carta dada a la humanidad antes del pecado: llevar la imagen de Dios, administrar la creación, ejercer dominio, formar matrimonio varón–mujer y ser fructíferos. Comienza con el desconcierto sentido de los últimos años e insiste en que el remedio es una cosmovisión bíblica completa que comienza en Génesis, no en Mateo. Los seres humanos llevan únicamente la imagen de Dios; eso otorga dignidad inviolable desde la concepción y fundamenta la mayordomía (no explotación) del mundo.

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