Estudio Bíblico Leccións Uno - Catorce Libro de Mateo

Entendiendo Mateo Capítulo Once LECCIÓN DOCE: Una Invitación al Descanso y la Resiliencia Frente al Rechazo

significa ser grande — no según el estatus o los logros, sino mediante una participación humilde en Su reino.

En otras palabras: Presten atención. No se pierdan lo que Dios está haciendo . LA GENERACIÓN INDIFERENTE (MATEO 11:16 – 19) Después de afirmar el ministerio de Juan el Bautista, Jesús dirige Su atención a la multitud — y no suaviza Sus palabras. Compara a “esta generación” con un grupo de niños caprichosos en la plaza del mercado:

El Reino Bajo Presión

Jesús continúa con una declaración desconcertante pero poderosa:

“ Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan por la fuerza.” — Mateo 11:12

“ Les tocamos la flauta, y no bailaron; entonamos canciones fúnebres, y no lloraron.” — Mateo 11:17

Este versículo ha sido interpretado de varias maneras:

El reino enfrenta oposición por parte de fuerzas hostiles. El reino avanza mediante intensidad espiritual y compromiso valiente.

En otras palabras: No importa qué melodía toquemos, ustedes se niegan a participar.

Imposible Satisfacer a los Críticos

• Entrar en el reino requiere arrepentimiento radical y negación de uno mismo. Sea cual sea la interpretación que se adopte, el mensaje es claro: el reino de Dios no es para los pasivos — es para quienes se entregan por completo .

Jesús está denunciando la terquedad espiritual de Su generación. No rechazaban el mensaje

Juan como Elías

Jesús concluye esta sección con una afirmación audaz:

“ Y si quieren aceptarlo, él es el Elías que había de venir. ” — Mateo 11:14

No, Juan no era literalmente Elías reencarnado (él mismo lo negó en Juan 1:21). Pero vino “con el espíritu y el poder de Elías” ( Lucas 1:17 ), cumpliendo así la profecía de Malaquías sobre el regreso de Elías antes del día del Señor ( Malaquías 4:5 – 6 ).

Y Jesús cierra con una frase conocida:

“ El que tenga oídos, que oiga .”— Mateo 11:15

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