Estudio Bíblico Leccións Uno - Catorce Libro de Mateo

Entendiendo Mateo Capítulo Once LECCIÓN DOCE: Una Invitación al Descanso y la Resiliencia Frente al Rechazo

Este pasaje nos invita a replantear cómo abordamos el crecimiento espiritual. No se trata de acumular datos, sino de cultivar la fe. Como escribió William Law, un autor puritano: necesitamos “la sencillez del corazón y la profundidad de la humildad.” Eso no significa dejar de estudiar la Biblia o de hacer preguntas difíciles. Significa estudiar con un corazón dispuesto a ser transformado, no solo informado.

Jesús, en cambio, se ofrece a llevar la carga con nosotros.

Una Invitación Personal y Universal

Jesús comienza de forma sencilla: “Vengan a mí.” No a un sistema. No a una lista de deberes. A Él. Desglosemos esta hermosa invitación:

Es personal – Jesús nos invita a una relación, no a una religión. No dice “vengan a una doctrina,” sino “vengan a mí.”

• Es universal – Es para todos los que están cansados y agobiados. No se necesita un currículum espiritual.

Aplicación Práctica

Acércate a tu Biblia, tus oraciones y tus disciplinas espirituales no como una lista académica de tareas, sino como encuentros relacionales con un Dios que se complace en revelarse a los humildes. INVITACIÓN AL DESCANSO (MATEO 11:28 – 30) “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.” — Mateo 11:28 – 30

Es específica – Jesús se dirige directamente a los que están agotados: de luchar, de fallar, de fingir, o de cargar solos con el peso de la vida.

Como dijo Billy Graham en una paráfrasis: “Has estado buscando la verdad. Estás cansado. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Lo has encontrado. La búsqueda termina conmigo. ”

Contexto: Del Juicio a la Invitación

En contraste con las pesadas cargas impuestas por los líderes religiosos de su época — reglas sobre reglas sin alivio — Jesús ofrece algo radicalmente diferente: descanso para el alma. Como Él mismo dijo sobre los fariseos: “Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los demás, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas” (Mateo 23:4).

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