Estudio Bíblico Leccións Uno - Veintiuno Libro de Mateo

Entendiendo Mateo Capítulo Veintiuno LECCIÓN VEINTIUNO Entendiendo MATEO 21: El Rey Confronta y Llama a Dar Fruto

propósitos redentores. El rechazo de los profetas y finalmente de Cristo no descarrilaría el reino de Dios sino que lo cumpliría. Como explicó el pastor LeBoutillier, el Reino sería pasado a aquellos que den fruto, aunque el pacto de Dios con Israel permanece, esperando futura restauración nacional. La parábola desafía a cada creyente: ¿Somos mayordomos fieles de la "viña" que Dios nos ha encomendado? Cada ministerio, talento y oportunidad le pertenece a Él, no a nosotros para poseer o explotar. Jesús concluyó con palabras del Salmo 118: "La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo." Lo que el establecimiento religioso desestimó se convertiría en el fundamento mismo del plan redentor de Dios. Aquellos que tropiecen con Él serán quebrantados; aquellos que se opongan a Él serán aplastados. Robert Breaker conectó esto con profecías en Daniel sobre la piedra que aplasta reinos terrenales y establece el gobierno eterno de Dios. Jesús vino primero como el Cordero — humilde, rechazado, sacrificado. Pero regresará como el León — triunfante, gobernando y juzgando. Un pastor reflexionó sobre su temprano caminar de fe, queriendo a Jesús como Salvador pero no como Señor. Solo cuando Cristo se convirtió en la "piedra angular" de su vida — no una pieza decorativa sino la piedra fundamental — todo se alineó apropiadamente. Pregunta 3 : ¿Es Jesús nuestro fundamento — o solo decoración? ¿Realmente estamos construyendo nuestras vidas sobre Él, o solo dando servicio de labios mientras mantenemos control?

Reflexiones y Perspectivas

Es fácil decir "No sabemos" cuando las verdades espirituales se vuelven incómodas. A veces usamos esa frase no porque estemos confundidos, sino porque estamos evitando lo que ya sentimos que Dios nos está pidiendo. Es una manera de esquivar la convicción — de mantener las cosas vagas para no tener que cambiar. Pero eso revela algo más profundo: tal vez no estamos completamente rendidos a Su autoridad. Luego está la brecha entre lo que decimos y lo que hacemos. Podríamos cantar canciones de rendición, orar oraciones audaces, o asentir en el estudio bíblico — pero si nuestras elecciones diarias, relaciones y prioridades no reflejan eso, ¿realmente estamos siguiendo adelante? Dios no solo busca acuerdo verbal; busca una vida que responda con acción. ¿Y qué de las cosas que Dios nos ha encomendado — nuestros talentos, plataformas, ministerios, recursos? ¿Los tratamos como regalos para administrar para Su gloria, o hemos comenzado a actuar como dueños, usándolos para nuestros propios planes? Es un cambio sutil, pero habla volúmenes sobre quién creemos que realmente está a cargo. En el núcleo de todo esto está la pregunta: ¿Es Jesús verdaderamente la piedra angular de

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