Estudio Bíblico_Lección Uno - Treinta Libro de Mateo

Entendiendo Génesis Capítulo Uno LECCIÓN UNO: En el Principio era el Verbo

construir su propio nombre. Dios los dispersa, fracturando el lenguaje y la unidad. Génesis 12–50 (Pacto y los Patriarcas) Abraham y el Pacto: Gracia en Medio del Fracaso De la confusión, Dios llama a Abram—no porque sea perfecto, sino porque Él es misericordioso. Promete tierra, descendientes y bendición global. Abraham tropieza, pero Dios permanece fiel. A través de estrellas y sacrificio, el pacto es sellado. Cuando se le pide ofrecer a Isaac, Abraham obedece—y Dios provee un sustituto. Es un susurro de lo que viene. Los Patriarcas: Luchando con Dios La historia continúa con Isaac, luego Jacob—el engañador que lucha con Dios y gana un nuevo nombre: Israel. Sus hijos se convierten en las doce tribus, pero la disfunción es profunda. José, el soñador, es traicionado y vendido. Sin embargo, a través del sufrimiento, se eleva al poder en Egipto. Cuando llega el hambre, salva a su familia. Sus palabras hacen eco del tema de Génesis: “Ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios lo pensó para bien”. Conclusión: Historia como Fundamento para la Esperanza Génesis termina no con resolución, sino con anticipación. Israel está en Egipto. La tierra prometida es todavía un sueño. Pero el patrón es claro: creación, caída, juicio, promesa. Y a través de todo, Dios permanece fiel. Génesis establece el fundamento para un Salvador que vendrá a través de la línea de Abraham, aplastará a la serpiente y restaurará la bendición. Es el comienzo de una historia de amor que abarca la eternidad.

EL DIOS QUE HABLA: UN VIAJE A TRAVÉS DE GÉNESIS 1

Imagina estar en el umbral de una gran biblioteca donde cada libro, cada historia, cada verdad que encontrarás comienza con una sola declaración. Eso es Génesis 1. No es meramente el primer capítulo de la Biblia—es el fundamento bajo cada doctrina, cada reclamo moral, cada canción de adoración y cada oración que pronunciarás. El Pastor Skip Heitzig mantiene múltiples Biblias gastadas en su estante, con páginas cayéndose de Génesis aquí, Efesios allá, y recuerda la línea de Spurgeon: “Una Biblia que se está desmoronando generalmente pertenece a alguien que no lo está”. El punto es claro: Génesis merece ser usado, no solo poseído. El Pastor David Jusi nos invita a “comenzar al principio”, no como un ejercicio académico sino como un acto de formación espiritual. Sin Génesis, insiste, la Biblia estaría incompleta y quizás incomprensible. El Pastor Paul LeBoutillier lo enmarca aún más claramente: Génesis 1 presenta el fundamento de toda revelación bíblica—Dios como Creador, el origen de todo lo que existe, y el orden y bondad de Su creación. Este capítulo se despliega como una declaración teológica y una narrativa estructurada que introduce el carácter, poder y propósito de Dios. Seth Gruber empuja la urgencia más lejos. Recuerda sus días de ministerio juvenil de principios de los 2000—juegos y pizza con discipulado superficial—y lo contrasta con el llamado robusto de Génesis 1 que desearía haber escuchado cuando era adolescente. Casi toda controversia cultural moderna, argumenta, se remonta a honrar o rechazar Génesis 1:26– 28. “Desengancharse” del Antiguo Testamento, advierte, encoge el evangelio y deja a la iglesia desnutrida para la fidelidad pública.

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