Toda la mejor información obtenida a través de décadas de estudios realizados en Estados Unidos y Europa apunta a lo mismo, sin excepción: los niños y adolescentes están más seguros cuando existen reglas familiares. Al establecer las reglas familiares, es importante que todos los cuidadores presenten un frente unido para poder responsabilizar a los niños. La comunicación entre padres y otros cuidadores es esencial para asegurar que los niños cumplan estas reglas de manera consistente. No asuma que «ellos ya lo saben» o que «nunca tomarían» — reitere con frecuencia estas reglas y las consecuencias de romperlas.
QUÉ HACER: Imponer consecuencias justas y claras. Hablar con su hijo sobre el error y elaborar un plan para la próxima vez. Ser firme y consistente.
QUÉ NO HACER: Actuar por ira o imponer castigos injustos.
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