360 UDEM No.1- La selfie de las nuevas generaciones

S E L F I E D E L A S N U E V A S G E N E R A C I O N E S

la señal. El Internet móvil fue asunto de su adoles- cencia, el Facebook omnipresente inició en 2008 y el primer iPhone se inventó casi a la par. Los centennials , también conocidos screenagers , son los primeros nativos digitales de pura cepa. Mu- chas de sus relaciones más cercanas se han conso- lidado en Tinder, Tumblr e Instagram y procesan la información a ritmos vertiginosos. Para nosotros, dice Orlando (15 años), “no existe un mundo sin Internet. Lo vemos en las películas o nos lo cuentan. En nuestra realidad siempre hemos tenido una computadora inte- ligente en el bolsillo”. Si los jóvenes Y son multitasking , los Z son mul- ti-multitasking . Los primeros fueron precursores de la tendencia multipantalla con el mix de computadora y celular, pero los Zers manejan hasta cinco pantallas a la vez. Puede ser que los Z tengan más activado su chip de la privacidad y por eso prefieren comunicarse con Snapchat, Secret, o Whisper. Los Y, sin recelo, tienden más a anunciarle al mundo dónde están me- diante apps como Foursquare. Comparten qué hacen, qué comen, con quién están y cómo se sienten. Pero la Gen Z es fan de co-crear, transmitir en vivo y tener voz y voto. De ahí los Youtubers, como los populares Dross, Quéparió y Luisito comunica. La privacidad di- gital es un término que no encaja con los centennials . En sus años de adolescencia, los millennials al- canzaron a reunirse a jugar a las escondidas y a “las traes”, fútbol o Nintendo, mientras que buena parte de los centennials no recuerdan la vida sin redes sociales y consideran normal que en las llamadas telefónicas pueda uno ver a la persona con la que está hablan- do. De hecho, los Z quieren y necesitan su primer

smartphone a los 12 o 13 años, cuando los millennials seguro lo recibieron de regalo de cumpleaños a sus 18. “Nosotros nunca llegamos a buscar en una en- ciclopedia” –dice Pablo (20)– “toda la vida hemos tenido internet y no hemos tenido que buscar otros recursos porque, literalmente, todo lo tenemos al al- cance de las manos para investigar y comunicarnos. Los avances no nos sorprenden en absoluto”. Sandy (15) complementa: “Todo en nuestra generación es in- mediato, los textos y mensajes se envían en un abrir y cerrar de ojos. Somos menos pacientes que otras generaciones porque estamos acostumbrados a tener gratificación instantánea”. MILLENNIALS: ¿ÉXITO O FELICIDAD? Una característica común en las diversas radiografías de los millennials es su retraso a las etapas de la vida adulta. Muchos se lo otorgan a la alta tasa de divorcios de sus papás; otros como Miguel (25), piensa que “el crecimiento de la clase media hace que los millennials nos demoremos más en salir de la casa de los papás y ser económicamente independientes”. También influ- ye que sus papás, de la generación X y algunos baby boomers , vivieron endeudados y trabajaron incansa- blemente en cosas que no siempre les apasionaban. Entonces para los millennials , el trabajo no es un medio en sí mismo, sino un fin para ser felices. Julia- na, 24 años, reflexiona que “a los millennials no nos gusta estar atados, por eso nos arriesgamos a ser freelancers , porque valoramos nuestro tiempo libre, ganamos mejor y no tenemos que pedir vacaciones para irnos de viaje. Escogemos los proyectos en los

« M I E N T R A S L A G E N E R A C I Ó N Y S E E N D E U D A P O R E D U C A C I Ó N , L O S Z A P R E N D E M O S D E T O D O C O N L O S T U T O R I A L E S E N U N F I N D E S E M A N A » . P A O L A , 1 8 A Ñ O S

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