16/236 | MÓDULO I
estructuras que han evolucionado para hacernos seres humanos con capacidad de aprender de la vida, las experiencias, con capacidad para planificar, con con- ciencia, pensamiento, autocontrol, sentimientos y capacidad para comunicarnos. Todo este proceso se expresa en la vida cotidiana, en la forma de ser y estar, por medio de signos y síntomas que podemos aprender a leer e interpretar mediante la observación de indicadores «llave» o el señalamiento de fases del desarrollo claves que se espera encontrar en un determinado nivel y potencial. Incluimos para ello varios cuestionarios que complementan el documento sobre el Proyecto Individual previsto para cada menor en todos los centros de protec- ción de menores. En concreto, guías de observación para la recogida de datos y cuestionarios específicos de desarrollo, aprendizaje y conducta, que facilitan ampliar la información referente a la valoración del caso, tanto individual como sociofamiliar, y al proyecto de trabajo. En la orientación general del caso se podrán especificar necesidades en el ámbito del aprendizaje y la conducta que pueden concretarse en el apartado de actuaciones, tanto si se requieren pautas generales como terapias específicas con el niño y/o con la familia. Comenzaremos con contenidos teóricos novedosos, cuya comprensión nos ayu- dará a actuar conforme a este nuevo marco más amplio basado en el reconoci- miento de la importancia en el aprendizaje del cuerpo (lo sensoriomotor), la cabeza (los aspectos cognitivos) y el corazón (las emociones y la motivación), con el objetivo de llevar a cabo una observación más amplia e integradora y correlacionar hallazgos para desarrollar una intervención completa.
2.
Neurología de la Educación: una nueva forma de enfocar los procesos de enseñanza-aprendizaje
El siglo XXI está ofreciendo numerosos avances en el campo de la neurología que es necesario conectar con el modo en que se abordan los procesos de aprendizaje, el rendimiento, las metodologías de enseñanza y, por tanto, con el apoyo escolar, de manera que consiga un óptimo resultado. El rigor científico, fundamental en todos los ámbitos, lo es si cabe aún más en el educativo y, de forma más específica, en el programa de desarrollo de competencias para faci- litar y reforzar el aprendizaje escolar en los centros de protección de menores, donde los niños, niñas y adolescentes suelen presentar graves carencias que afectan a su rendimiento en los estudios.
consejería de políticas sociales y familia • Comunidad de madrid
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