178/236 | MÓDULO III
• Supervisión y planificación: el voluntario debe ser supervisado por el educador; no debe ejecutar tareas por decisión propia, y debe consultar siempre con el educador antes de realizar cualquier intervención. Este será quien planifique previamente las tareas a realizar, los grupos o me- nores con los que se va a trabajar, los espacios y recursos que van a utilizarse. • Compromiso: debe existir un mínimo compromiso de participación en cuanto a horario y calendario. El voluntario no puede aparecer y desa- parecer según su propio interés, debe fijarse previamente su compromi- so. Su asistencia debe estar regulada de forma similar a la de un traba- jador. • Complementariedad: debe estar muy claro, desde el primer momento, que el trabajo del personal voluntario tiene como finalidad complementar lo que realiza el educador, en ningún caso puede suplirlo. • Confidencialidad: el contacto del voluntario con los menores va a dar lugar a que tenga acceso a información sensible sobre ellos, que estará limitada a aquella que sea necesario conocer para realizar su trabajo; en cualquier caso, el voluntario deberá comprometerse a mantener confiden- cialidad absoluta sobre la información a la que tenga acceso. • Definición de roles: el voluntario debe saber en todo momento cuál es su papel, qué tareas va a realizar, cómo actuar en caso de conflicto... No debe tomar decisiones por su cuenta, sino que ante cualquier incertidum- bre deberá poner el asunto en manos del educador. Mencionábamos al inicio de este apartado la existencia de tres posibles grupos de voluntarios. El tercer grupo estaría formado por otros perfiles, como pueden ser los voluntarios a título individual o aquellos que responden a experiencias singulares. Una de ellas, aportada por profesionales de una residencia, es la de «La madrina». Se trata de un programa en el que participan personas jubiladas, que se relacionan con los niños como «abuelos suplentes». Aportan su expe- riencia, ofrecen su apoyo a los niños y niñas de la residencia, participan en ac- tividades de ocio... También, dentro de este programa, se cumplen los requisitos o elementos comunes previos antes mencionados. Ya hemos realizado una aproximación a los procesos de reflexión sobre el edu- cador, su perfil, sus estrategias, sus roles... por lo que pasamos a tratar «la otra parte», el contexto educativo formal, el espacio donde los menores pasan mu- chas horas de sus vidas.
consejería de políticas sociales y familia • Comunidad de madrid
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