AF Programa de Desarrollo de Competencias (WEB)

Herramientas e instrumentos de valoración previa y observación  |  27/236

porque en estado de quietud no perciben con la suficiente intensidad si se encuentran de pie o sentados... En otros casos, su hipersensibilidad les lleva- rá a evitar el contacto con la silla o a caminar como si saltaran o lo hicieran de puntillas. También consideramos muy importante, dentro del desarrollo psicomotor, el establecimiento de una lateralidad sensorial y motora adecuada. En este sen- tido, no es mejor ser diestro o zurdo, pero sí que exista una organización ce- rebral adecuada como prioridad de respuesta. Esta organización se refleja también en un buen conocimiento espaciotemporal, en los movimientos direc- cionales y en el cruce e integración de la línea media (Ferré y Ferré 2013). Cuando un niño no ha integrado la lateralidad o preferencia, leer y escribir serán actividades altamente complejas, pues requieren habilidades visuales y espa- ciales para el reconocimiento espacial bidimensional en los límites de un folio, el contraste de las letras sobre el papel y seguir una secuencia de direcciones (de izquierda a derecha y de arriba abajo para la lectura y de derecha a izquier- da en el cálculo matemático de sumas, restas y multiplicaciones). La falta de definición o preferencia lateral provoca una asimetría y falta de organización que inciden en falta de coordinación. Algunos autores relacio- nan trastornos como el tartamudeo con esta indecisión en la lateralidad au- ditiva, como cita Elizalde (2011). En consecuencia, es necesario reforzar el dominio de la lateralidad, teniendo en cuenta la edad para fortalecer las conexiones interhemisféricas (Dennison, 2012). Se consigue con actividades de ambos lados del cuerpo (bilaterales), utilizando la mano o el pie no domi- nantes en tareas cotidianas y mediante el juego y las actividades en las que participa el cuerpo entero. Todos los datos aportados fundamentan la importancia del desarrollo psicomo- tor y, por tanto, el lugar prioritario que debe tener el ejercicio físico en el horario de niños, niñas y adolescentes, imprescindible para un correcto desarrollo. A través del movimiento se organiza el cerebro y, en consecuencia, se organizan las habilidades que son requisitos previos para el aprendizaje. Los indicadores que nos permiten identificar un déficit en el desarrollo están por ello muy rela- cionados con hitos motores y con actividades de coordinación. Del mismo modo, cuando se precise una intervención reeducadora el movimiento será fundamen- tal. De ahí que el tiempo de recreo, de juego libre, de deportes y de salidas al campo o al parque resulte muy educativo.

consejería de políticas sociales y familia •  Comunidad de madrid

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