Herramientas e instrumentos de valoración previa y observación | 45/236
cultural) donde existen factores compensadores (factores protectores) que actua- rían impidiendo que los factores potenciadores (factores de riesgo o de vulnera- bilidad) que se producen en las familias desencadenen una respuesta agresiva hacia sus miembros (Botello Díaz, BR., Díaz Oliver, B., 2011). Por otro lado, el Mode- lo Psicopatológico de Desarrollo del Estrés Traumático Infantil (Pynoos, 1999) pro- pone como factores con mayor poder predictivo de la respuesta a un aconteci- miento traumático: la edad del menor y su grado de madurez psicológica, el tipo de acontecimiento traumático, el grado de exposición, directa o indirecta, la proxi- midad temporal, la frecuencia y la duración y el grado de afectación de los padres. En función de estos factores, las consecuencias negativas para el funcionamiento psicosocial del menor son más o menos probables. En el caso de niños adoptados o en acogida, los especialistas están encontran- do problemas de desarrollo (Molina, 2012). Las investigaciones han concluido que los seres humanos necesitan cuidados para desplegar su potencial en los primeros años de vida; en caso contrario, se producen problemas de salud como retrasos en el crecimiento, problemas nutricionales, daños cerebrales, infecciones, dificultades respiratorias, dermatológicas, síndromes como el alco- hólico fetal o de abstinencia…, dificultando todo ello el buen desarrollo del niño (Molina, 2012). La relación con los primeros cuidadores es esencial para el desarrollo madura- tivo del niño. Cuando se producen carencias en esta etapa y en el desarrollo afectivo y cognitivo, se desencadena un apego inseguro o ambivalente que genera alto estrés emocional y se manifiesta en problemas de autoestima y de autorregulación emocional y conductual, baja tolerancia a la frustración, miedo al fracaso y dificultades de relación con otros; o bien una demanda continua de atención, de contacto físico, sentimientos de merecer un trato injusto o inade- cuado (Santamaría, Pacheco y Agüero, 1993). El desconocimiento, la falta de apoyo institucional y la impotencia de tutores y profesores que se sienten desbordados y frustrados (Molina, 2012) puede des- encadenar un maltrato institucional, pues confluyen problemas de relación en- tre maestros y profesores con los niños, su familia, sus educadores, falta de formación específica y recursos complementarios, permanencia de profesio- nales «quemados» (síndrome de Burnout), ausencia de normas institucionales claras, dificultades de comunicación entre instituciones, ratio excesiva, primacía de determinados intereses por encima de los de los niños... (A. Martínez Roig y J. Sánchez Marín (1989), III Congreso Estatal sobre Infancia Maltratada).
consejería de políticas sociales y familia • Comunidad de madrid
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