AF Programa de Desarrollo de Competencias (WEB)

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su origen, perdurabilidad y posibilidad de tratamiento, porque no se trata solo de atenuar síntomas, sino de abordar las causas de forma sistémica.

Entre todos los diagnósticos citados, los más habituales entre los menores de los centros de protección son los siguientes:

• El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), que implica inatención y/o hiperactividad-impulsividad en niveles que resultan proble- máticos. • El Trastorno Específico del Aprendizaje (TEA), que incide en los aprendiza- jes de la lectura, la escritura y las matemáticas de forma persistente, aun en personas con adecuada capacidad intelectual. Puede afectar durante toda la vida escolar e incluso profesional. • El Trastorno disruptivo, del control de los impulsos y de la conducta, cuando persiste una conducta disruptiva que se manifiesta en diferentes entornos, llegando a afectar a terceras personas, generando conflicto frente a las normas sociales o las figuras de autoridad. Los síntomas se valoran de acuerdo a su intensidad, duración, persistencia, grado y espacios en los que se manifiesta. Hay que tener en cuenta factores ambientales, sociales y culturales y considerar las circunstancias que pueden ser la causa de este trastorno, además de trabajar sobre la conducta manifiesta. Se profundiza a continuación en los citados trastornos por su mayor frecuencia. Si bien pueden no estar diagnosticados de forma «oficial», en los centros y resi- dencias se identifican síntomas comunes a varios posibles diagnósticos, pues es frecuente la comorbilidad. Entre los niños y adolescentes que presentan síntomas de TDAH, pueden darse dificultades coincidentes con el TEA que afectan a sus habilidades cognitivas, la lectura, la comprensión, la escritura, la ortografía, el razonamiento abstracto, la memoria… junto a síntomas emocionales de impulsividad, problemas de conducta, ansiedad y/o depresión. O al revés, nos encontramos con cuadros clínicos en los que el acento y diagnóstico más evidente se encuentra en el Trastorno Específico del Aprendizaje, que cursa con problemas emocionales o trastornos de la conduc- ta. En realidad, ambas dificultades interactúan en la vida cotidiana del niño, niña o adolescente, pues afectan a su actividad escolar y a su conducta.

En concreto, el número creciente de artículos publicados en referencia al Trastor- no de Déficit de Atención e Hiperactividad lo convierten en un tema de plena

consejería de políticas sociales y familia •  Comunidad de madrid

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