Herramientas e instrumentos de valoración previa y observación | 65/236
actualidad en el ámbito académico, educativo e incluso social. Y, sin duda, genera cierta controversia entre diferentes profesionales de la salud, la psicología, la edu- cación…, tanto respecto a su diagnóstico como a su tratamiento. Por nuestra parte, proponemos ampliar la mirada neuropsicológica al Trastorno de Déficit de Aten- ción e Hiperactividad (TDAH), dado que es el más frecuente entre los menores. Por definición, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico caracterizado por una dificultad o incapacidad para mantener la atención voluntaria en actividades y contextos diversos, situaciones académicas o cotidianas, unida, en ocasiones, a la falta de control de impulsos y de inhibición de respuestas. En la mayoría de casos, podemos al menos disminuir en parte su sintomatología y mejorar el estado de los menores atendiendo las dificultades colaterales del desarrollo y baja estimulación que presentan. Una mirada a los signos de hipe- ractividad, al exceso de actividad cinética y motora, permite identificar esta res- puesta del niño como un recurso para poder «conectarse» a los requerimientos de su entorno, pues el estado más maduro del sistema nervioso en cuanto al movimiento es la capacidad de mantenerse quieto y de integrar, de forma auto- mática, las percepciones sensoriales. Cuando un niño no puede hacerlo, se podría estimular el desarrollo de esta capacidad teniendo en cuenta las etapas previas de su desarrollo, reflejos pri- mitivos presentes, factores epigenéticos y perinatales, o migración neuronal anómala, entre otras. Las dificultades de percepción sensoriomotora pueden incrementar su falta de control, lo que le llevaría a realizar movimientos asocia- dos o sincinesias, dado que sus terminaciones nerviosas siguen circuitos cerra- dos, no voluntarios, no ejecutivos, no planificados. La hiperestimulación, a través de su movimiento, sería una forma natural de estimulación. En los casos de sintomatología de déficit de atención sin hiperactividad, los niños, y en mayor frecuencia las niñas, pueden corregir su postura, mantener la mirada, pero se les describe como ausentes, en su mundo, y con dificultades para la com- prensión y seguimiento de actividades en el aula. En estos casos, es importante verificar la funcionalidad sensorial, tanto de sus habilidades visuales (especialmente en los requerimientos de la visión de cerca y la percepción) como de su funciona- lidad auditiva, pues híper o hipoacusias les pueden impedir filtrar los estímulos relevantes y distinguirlos de los accesorios, lo que afectará a su atención, y pue- den producir fluctuaciones entre la hipoactividad o el estado de alerta.
consejería de políticas sociales y familia • Comunidad de madrid
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