74/236 | MÓDULO I
10.2.
Intervención y seguimiento
A modo de conclusión, con la información recogida se podría elaborar un plan personalizado de intervención que dé respuesta a los objetivos que se planteen. Este plan se integraría en el Programa Individual de cada menor. Debe partir de los puntos fuertes, de sus habilidades destacadas, de sus talentos y, desde ahí, plantear las áreas de mejora identificadas. Las siguientes cuestiones resultan clave para la elaboración del Plan Educativo de cada menor, y para generar rutinas en los centros que favorezcan los proce- sos de aprendizaje: • Identificar cuáles son las fortalezas, recursos, habilidades de cada menor; y destacarlas, valorarlas, pues son sus talentos naturales. • Reconocer sus dificultades, aquellas actividades que «no le gustan», pues muchas de ellas requieren habilidades o conocimientos que no posee, y por eso las descarta. Son las áreas de mejora, que se atenderán desde sus re- cursos y potencialidades. • Verbalizar las necesidades y, para ello, preguntar qué le gustaría mejorar, qué quiere que resulte más fácil, qué cambio puede motivarle, qué necesita para su día a día, en qué actividades tiene mayor interés y compromiso. Desde sus motivaciones internas y la intención de logro los cambios son más sencillos, permiten experimentar éxito y avance a corto plazo, y propor- cionan una retroalimentación para motivar nuevos procesos. • Integrar y mirar el estado emocional del niño cada día, en cada momento vital, integrando sus éxitos y sus pérdidas, teniendo muy presente ofrecerle dignidad y fortaleza, así como el afecto y la comprensión que requiera. • Jugar, jugar y jugar, pues las actividades que se realizan con gusto, dinamis- mo, entre sonrisas y como retos, facilitan la organización del desarrollo físico, psíquico y emocional. • Proponer actividades específicas de coordinación e integración sensorial a través del deporte, el baile, las manualidades, los juegos, el movimiento… pues estimulan las bases del desarrollo teniendo en cuenta los «peldaños» de la Pirámide del Desarrollo (Lázaro y Berruezo, 2009). • Dar mucha importancia al refuerzo de las herramientas instrumentales bási- cas, la lectoescritura y las matemáticas, pues una buena base en estas he- rramientas facilita todos los procesos del aprendizaje. Y, si se observan ca- rencias, realizar las actividades propuestas desde la dificultad que se identifica, no con la sola reiteración de horas de lectura o escritura.
consejería de políticas sociales y familia • Comunidad de madrid
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