SABOR/17
el horizonte
Miércoles 9 de julio de 2025
Una celebración con sabor tropical ES UN CÓCTEL CON HISTORIA Ya sea en la playa, en casa o en una terraza, el Día de la Piña Colada es la excusa perfecta para preparar esta bebida legendaria, brindar con amigos y dejarse llevar por su espíritu caribeño
su frescura hay una historia interesante, algunas curiosidades y hasta debates so- bre su verdadero origen. Un coctel con historia… ¿y controversia?: Aunque todos coinciden en que nació en Puerto Rico, la piña colada tiene varias ver- siones sobre su origen. Ramón “Monchito” Marrero, barman del hotel Caribe Hilton en San Juan, aseguró haber creado la bebida en 1954, tras experimentar durante tres me- ses con sabores tropicales. Por otro lado, Ricardo García, también del Caribe Hilton, dijo haber inventado la receta en los años 50, cuando se quedó sin coco rallado y decidió usar crema de coco. Algunos incluso mencionan al bar Barrachina, en el Viejo San Juan, donde también se le atribuye su invención. Lo cierto es que en 1978, la piña cola- da fue declarada la bebida oficial de Puer- to Rico, y desde entonces su fama ha tras- pasado fronteras. Curiosidades ´refrescantes´: Su nom- bre significa piña colada o piña filtrada, en re- ferencia al jugo de piña sin pulpa que se usa en la receta. Ha sido mencionada en cancio- nes como Escape (The Piña Colada Song) de Rupert Holmes, que ayudó a internacionali- zar su imagen como coctel de ensueño. En la mixología moderna, existen más de 50 variantes de la Piña Colada, con in- gredientes que van desde mango y mara- cuyá hasta chile o café. “Una buena Piña Colada es como un abrazo frío en un día caluroso”, dice Carlos Varela, mixólogo condecorado en Latinoamérica. (Con in- formación de Agencias)
COLUMNA
CRÓNICAS DE UN COMELÓN POR ROBERTO NAVARRO
Reencuentro
Volví a visitar Pangea, una joya de nuestra ciudad. D icen que uno siempre vuelve a donde fue feliz. Sobra decirles que yo soy feliz comiendo… Así pues, recientemente tuve la oportunidad de volver a visitar Pangea. Ya hacía tiempo que no lo hacía, así que fuimos con mucha anticipación, sobre todo porque unos días antes había visto una publicación del Chef Morali sobre un postre de mamey. Ya en alguna ocasión había dedicado este espacio al parteaguas que representa Pangea en la gastronomía de nuestra ciudad. El éxito internacional en el que se convirtió, refrendado por su aparición en la prestigiosa lista de World’s 50 Best Restaurants en su edición latinoamericana, se vio claramente confirmado el año pasado, al convertirse Pangea en uno de los, ahora, 23 restaurantes galardonados con estrella Michelin. Mucho se ha hablado de que los restaurantes suelen cambiar una vez que reciben la muy codiciada estrella. Sin embargo, sentí que entraba en el mismo restaurante que hace un par de años. Claro, con nuevos platillos y nuevas caras. Con las ganas que teníamos de ir a Pangea, no pensamos en que casualmente esos días varios de nosotros no estábamos en plenitud de nuestras facultades… para la comilona. Al menos tres de los cinco que fuimos. Nos tuvimos que quedar con las ganas de probar el menú de degustación. Mi esposa y mi niña pidieron un clásico: La crema de queso y mi niña hasta pidió una segunda orden. Mi madre, por su parte, también ordenó la sopa de queso, y la complementó con un tartare de res. Al final, los que más comimos fuimos mi hermano y yo. Él comió casi todo lo que yo traía ganas de probar: El aguachile y el rotolo de cordero del menú del día. Yo la verdad quise ser solidario con mi esposa y no pedir platillos que a ella le habría gustado probar, o que se podría haber animado a degustar: Una ensalada de betabel y los bucatini hechos en casa. No quise pedir el menú del día porque, como les decía, ya le tenía el ojo echado al postre de mamey. Tenía miedo de que el dichoso postre hubiese sido parte de un menú de un evento, o del menú de degustación, pero para mi fortuna, sí está disponible en la carta. Para terminar nuestra cena, mi hermano pidió el financier de chocolate, un postre que ya podríamos considerar clásico de Pangea. Mi mamá probó el milhojas de manzana, que ha de haber estado muy bueno porque ni probar nos dejó, y yo probé mi anhelado mostachón de mamey. A la mesa, llegó también una pavlova de frutos rojos que mi hija, fanática de Bluey se dispuso a devorar. Como les decía, me quedé con ganas de probar muchas cosas ese día, sin embargo, ese postre de mamey hizo que la visita valiera la pena. Tanto así que consideraría que vale la pena ir tan sólo a pedirlo. Pangea sigue siendo sin duda un gran restaurante. Merecedor de sus galardones y un tesoro de nuestra ciudad.
REDACCIÓN
El Horizonte
Cada 10 de julio se ce- lebra el Día Mundial de la Piña Colada, una efeméride que rin- de tributo a uno de los cocteles más emblemáticos del Caribe. Su mezcla cremosa de ron, piña y coco evoca playas solea- das, vacaciones y una actitud re- lajada ante la vida. Pero detrás de
Satisfacción al paladar EL TÉRMINO JAPONÉS SIGNIFICA DELICIOSO
sinato (presente en carnes) y el guanilato (en hongos), lo que explica por qué combi- naciones como carne con champiñones o queso con tomate saben tan bien. ¿Dónde encontramos el umami? Aun- que suena exótico, el umami está en mu- chos alimentos cotidianos: Tomates ma- duros, quesos curados como el parmesa- no o el roquefort, carnes y pescados, sobre todo en cocciones largas como estofados. Champiñones y otros hongos, así como en salsas fermentadas, como la soya o el miso, también lo encontramos en ma- riscos secos, como los camarones deshidra- tados, caldo de huesos o consomé de pollo. (Con información de Agencias)
El umami es el fondo de sabor que le da profundidad a un platillo, que te hace querer repetir una cucharada más
estudiaba el alga kombu, utilizada para hacer caldo dashi, esencial en la cocina japonesa. Lo que encontró fue que este sabor no encajaba en las categorías tradi- cionales: No era salado ni dulce, pero era profundamente satisfactorio. Hoy se sabe que el umami también se potencia con otras sustancias como el ino-
REDACCIÓN El Horizonte
Cuando hablamos de sabores, lo más común es pensar en los clásicos: Dulce, salado, ácido y amargo. Sin embargo, exis- te un quinto sabor que, aunque muchos no conocen por su nombre, todos hemos probado alguna vez: Umami. Este término japonés se traduce como “sabroso” o “delicioso”, y describe esa sen- sación de profundidad, calidez y satisfac- ción que nos deja, por ejemplo, una cu- charada de caldo de pollo bien hecho, o una mordida de queso parmesano. Descubierto en 1908 por el cientí- fico japonés Kikunae Ikeda, el umami es provocado por el glutamato, un ami- noácido presente naturalmente en mu- chos alimentos. Ikeda identificó este sabor mientras
Roberto Navarro: Egresado del Institut Paul Bocuse en Écully, Francia.Chef, Instructor de cocina, consultor. Contacto: sansturbot@ gmail.com, @sansturbot
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