Utilizá las yemas tus dedos para el examen o utilizá otra pae de la mano que sea más sensible, como la palma o el dorso de los dedos. Usualmen- te, con los tres dedos mayores, obtendrás un mejor resultado. Con los dedos planos mové tu mano suavemente sobre cada sector del pecho en busca de cualquier nódulo o endureci- miento inusual, hacia arriba y hacia abajo. Levantá una mano sobre tu cabeza y realizá un movimien- to desde el pezón hacia afuera, con la mano opuesta. Prestá atención a cualquier cambio en la forma del seno. Suavemente presioná el pezón de cada seno con las puntas de los dedos juntas. Palpá en formas de círculos en búsqueda de cualquier cambio de consistencia y siempre en sentido de las agujas del reloj. Siempre hacelo recostada o de pie frente a un espejo. Recordá abarcar la zona de tu seno, hasta la pae inferior de tu axila en búsqueda de cualquier sensación diferente a la usual.
Podés repetir el proceso recostada en la cama para mayor comodidad y para acceder a otras zonas que estando parada, quizá no notes. Recordá que es impoante que repitas con ciea regularidad este autoexamen. Intentá que sea, por ejemplo, a comienzo de cada mes.
Es impoante que te familiarices con la forma y textura de cada
seno y, en el caso de que encuentres algo inusual, consultes con tu médico.
Una vez más: Este autoexamen no reemplaza tus chequeos médicos regulares ni los estudios específicos como una mamografía o una ecografía.
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