Revista Vivienda Infonavit Año 4, Núm 1 (Noviembre 2020)

Para el segundo (2020), el concepto se refiere al acceso y el uso de servicios finan- cieros formales bajo una regulación apro- piada que garantice esquemas de protección al consumidor y que promueva competencias económico-financieras. En síntesis, se puede decir que la inclu- sión financiera es una herramienta para que las personas y las empresas satisfagan de mejor manera sus necesidades económicas básicas, entre las que se cuentan: ► ► Transferir valor de manera segura, ágil y a bajo costo. ► ► Manejar de manera ordenada y segura los flujos de liquidez. ► ► Hacer frente a imprevistos con mecanismos como créditos o seguros. ► ► Alcanzar metas de largo plazo con mecanismos eficaces de planeación, ahorro y capitalización. Apesar de los beneficiosmencionados, el nivel de inclusiónfinanciera—especialmente en los países emergentes— resulta aún muy bajo en términos absolutos y en comparación con las economías avanzadas. Diversas razo- nes explican este fenómeno, algunas relacio- nadas con las características específicas del sistema financiero de cada país, mientras que otras tienen su origen fuera de éste. Dentro del primer grupo, la presencia de economías de escala limita la provisión de productos y servicios financieros formales a segmentos minoritarios de la población que se encuentran subatendidos. Asimismo, se observa falta de información adecuada, comprensible, suficiente y oportuna para que los usuarios potenciales tomen decisio- nes sobre los productos y servicios financie- ros que mejor se adapten a sus necesidades. De igual forma, en cuanto a losmecanismos de protección a los usuarios de los servicios financieros, la regulación y los organismos encargados de velar por ellos son insuficien- tes y aún no han madurado. Ello, aunado al desconocimiento de la población, ha incidido en una limitada confianza en el sistema. Dentro del segundo grupo, destaca el problema de que, en general, los individuos cuentan con escasas competencias econó- mico-financieras, 2 lo que puede redundar en que a nivel individual, familiar o de empresa se tomen decisiones que les son poco benefi- ciosas. Un segundo factor exógeno es la falta

de servicios de conectividad en poblaciones rurales y suburbanas, lo que restringe el des- pliegue de puntos de acceso al sistema finan- ciero y dificulta las labores de identificación y autentificación de usuarios por parte de las instituciones financieras. En este contexto, las mujeres enfrentan una realidadmuchomás compleja, ya que se encuentran enmayor desventaja frente a los hombres para afrontar los retosmencionados y, adicionalmente, encaran otros obstáculos. En primer lugar, la alta deserción en la educación de niñas y adolescentes en la mayoría de los países ha generado una bre- cha de competencias económico-financieras entre hombres ymujeres. Asimismo, ello las limita a trabajar, particularmente, en el sec- tor informal de la economía. Al incurrir en la informalidad, se reducen los flujos de ingreso que podrían calificar para distintos productos financieros formales y les impidemantener un registro del flujo de ingresos constante. Aunado a ello, el fenómenomigratorio ha provocado que en algunos países las localida- des alejadas y sin conectividad se encuen- tren mayormente habitadas por mujeres, lo que acentúa sus limitaciones para acceder a servicios financieros. La falta de identificación oficial también constituye una de las principales barreras para la inclusión financiera. De acuerdo con el Portal FinDev 3 y la encuesta The Global Findex Database 2017 (Demirguc-Kunt, 2018), se estima que cerca de mil millones de personas en todo el mundo todavía luchan por demostrar su identidad. En los países de bajos ingresos, 44%de lasmujeres no tiene un documento de identificaciónoficial, requisito indispensable para abrir una cuenta bancaria en lamayoría de estos países (FinDev, 2020). Respecto de otros obstáculos específicos que enfrentan las mujeres, se basan, en gran medida, en normas sociales y estereotipos, como aquellos que les confierenun rol secun- darioenel procesodedecisióndentrodel hogar o que les asigna exclusivamente las responsa- bilidades de cuidado de la familia, impidién- doles contar con la independencia económica para invertir o adquirir activos que podrían usarse comogarantía. Asimismo, lanaturaleza de sus labores y las normas sociales dificultan su movilidad para que acudan a puntos de atencióndel sistema financiero.

Finalmente, existe evidencia de discriminación haciamujeres en el mercado de crédito. De acuerdo con un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (Montaya et al., 2020), las solicitudes enviadas por mujeres tienen una probabilidad 18 %menor de ser aprobadas, en comparación con solicitudes equivalentes de hombres. Estadísticas comparativas sobre el acceso y uso de productos financieros para mujeres 1. Evidencia internacional A nivel internacional, el acceso a productos y servicios financieros formales ha aumenta- do en los últimos años, tanto para mujeres como para hombres. Estimaciones basadas en datos de la encuesta TheGlobal FindexDatabase 2017 (Demirguc-Kunt, 2018) indicanque, entre 2011 y 2017, la proporción de adultos con una cuenta de depósito en una institución financiera aumentó de 51 % a 67 %. Al interior, el incremento fuemayor para lasmujeres, en términos absolutos y relativos, al pasar de 47 % a 64%; si bien persiste un rezago en el acceso de las mujeres respecto de los hombres, cuyo incremento fue de 55 % a 71%. Según la misma fuente, enMéxico, el acceso es más limitado para ambos géneros. El porcentaje de la población mayor a 15 años que tiene alguna cuenta en una institución financiera enMéxico (35 %) está 18 puntos porcentuales (pp) por debajo del valor corres- pondiente promedio para países de ALyC (53 %) y 59 pp debajo de países de ingresos altos (94 %), como puede apreciarse en la Gráfica 1. Asimismo, los datos sugieren que la brecha de género 4 en tenencia de cuentas enMéxico (18 %) es mayor que para el promedio de los países latinoamericanos (12 %) y para los países de economías avanzadas (2 %) (Gráfica 2a). En términos de acceso a créditos vigentes de vivienda con instituciones financieras, si bien los niveles de tenencia de productos financieros son bajos enMéxico, la brecha esti- mada entre mujeres y hombres (25 %) resulta menor que en ALyC (75 %) y que en el resto del mundo (30 %) (Gráfica 2b). En términos de uso de los productos financieros, la brecha de género es significativa para las distintas regiones del mundo, como se aprecia en la Gráfica 3. En el caso de ahorro en el último año, ésta es de 50 %, debajo del promedio de la región ALyC (67 %), pero muy por encima de la de países de ingresos altos (6 %), como semuestra en la Gráfica 4a. Demanera paralela, la brecha de género enMéxico respecto de solicitud de crédito durante los últimos 12 meses (alrededor de 0 %) es menor que en aquellos dos grupos de países (de 25 % y 29 %, respectivamente), como aparece en la Gráfica 4b.

Las mujeres usan la infraestructura física para la provisión de servicios financieros (sucursales, corresponsales o cajeros automáticos) en menor

medida que los

hombres, ya que exhiben menores niveles de acceso financiero

Gráfica 1. Acceso financiero formal (%)

Fuente: The Global Findex Database 2017: Measuring Financial Inclusion and the Fintech Revolution. Nota: Porcentajes promedio para la población en su conjunto de 15 años y más.

58

59

Vivienda Infonavit • NOVIEMBRE 2020

Made with FlippingBook Publishing Software