El Sol y la Luna Relevo por la Vida inicia cuando sale el sol de madrugada, corremos y corremos por los niños hasta ver cómo aparece la eterna compañera, la Luna; y luego la despedimos al amanecer cuando otra vez vuelve a brillar la más importante estrella de nuestro sistema: El Sol, que es para todos símbolo de la Vida. Permanecer 24 horas en Relevo por la Vida es una hazaña que requiere una gran fortaleza física y espiritual, la mayoría de los voluntarios logra hacerlo con entusiasmo y alegría. Así también cada corredor tiene una historia. Es tradición para muchos correr hasta acumular muchas vueltas, y es importante conocer sus motivaciones porque generalmente los impulsa el recuerdo de una persona o la voluntad de procurar más ayuda para los niños. “No conseguía buses para llegar al Federal Mall (en David, Chiriquí), así que caminé desde el Extra de la Interamericana (también tuve que comprar un short) y corrí 32 vueltas en 12 horas por “Jeremy” mi hermano que falleció hace 6 años de un cáncer. No me he perdido ni un Relevo en David y pase lo que pase, espero seguir corriendo por mi hermano y por Fanlyc”.
Duvan Barroso, 15 años
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