¿Por qué decidieron crear De La Banqueta? Cuénta- nos la historia de cómo se dio este gran proyecto. LUIS: En el laboratorio de Transformación Social trabaja- mos con udemitas iniciativas de acción y emprendimiento social. El año pasado, graduamos cuatro grandes proyec- tos y decidí darles seguimiento, pero no habían logrado vender productos porque lo hacían en la calle y mercados. Salió la idea de montar este e-commerce , con los proyec- tos de Andrea, Rachid, entre otros. Así creamos una tienda en línea en la que capacitamos a los productores para que puedan vender sus productos a todo México. ¿Cuál es la propuesta de valor que esperan lograr? LUIS: Qué si el productor dice que su producto vale 100 pesos, el productor debe recibir 100 pesos por su pro- ducto. Es la base de delabanqueta.com , mantener la im- portancia de generar un impacto para estos pequeños productores que viven en una situación de vulnerabilidad. ¿Cómo pasaron de estar en la banqueta a la web? RACHID: Nació como un curita en medio de la emergen- cia. Vimos que la migración a lo digital no es inmediata y fue un proceso con redes sociales, banca electrónica, embalaje y mucha consultoría con los productores: des- de tomar una mejor foto, cambiar las botellas, ver las competencias. Veíamos cómo se emocionaban en el ca- mino y querían mejorar sus productos. ¿Por qué decidieron usar ese lenguaje y el estilo infor- mal en la página con frases como “güerito, güerita”? LUIS: Fue parte de la experimentación, decidimos “recrear un mercado” que perdimos por la contingencia. La idea es que nos remita a un mercado mexicano y lo que encuen- tras en él. Traer a la web el lugar en el que todos somos “güeros” sin importar nuestro color. ¿Cómo es la selección de los productores? LUIS: Nuestra intención es ayudar a que todos los produc- tores puedan tener algún tipo de ingreso porque muchos estaban en situaciones de calle. Ahora, le estamos metien- do más ciencia en análisis de mercado, del consumidor, quiénes entran, quiénes salen, la parte de analítica.
¿Cómo dirías que el proyecto tiene el espíritu UDEM? ANDREA: En el servicio y en no ser indiferentes. Siento que todas las propuestas que se hacen en la UDEM tienen este enfoque, no se quedan en el cuaderno o en el salón de clases, sino que se llevan a la realidad. Ahora en la con- tingencia, por todos lados se sentía este grito de ayuda y, teniendo nosotros la capacidad de ayudar, hubiera estado mal que no lo hubiéramos hecho. ¿Cómo dirían que este proyecto podría inspirar a otros alumnos y a ustedes mismos a ser “su mejor versión”? RACHID: Ver qué ingrediente es el que tú puedes poner en la mesa, y luego ver cuál es el mejor lugar para aportarlo. No es una receta de A y luego B, sino un ciclo constante. No hay que pensar en que la “mejor versión de ti” es algo que llegará en un futuro, sino que ahorita ya eres alguien que puede aportar en el día a día con esas partes que te hacen sentir orgulloso. ANDREA: Yo recomendaría a los alumnos que encuentren algo que les duela ver, que no puedan vivir con esta reali- dad y entonces hagan todo por arreglarlo. LUIS: Olvidar la idea de que debes tener “El Gran Proyec- to” de ayuda, con tener un proyecto basta. Sobre ese vas construyendo, aprendiendo, desarrollando y viendo que puedes mejorar. ¿Qué sigue para delabanqueta.com? ANDREA: Queremos que más personas compren, que sea una propuesta sostenible y esté en el top of mind de las personas. Hoy en día, de la página sale el 30% de los ingresos que reciben los emprendedores, por eso es un espacio que debemos preservar y crecer. RACHID: Ahora que llevamos 10 meses de operación, po- demos segmentar y evolucionar a una tienda más pro- fesional, cuidar que no se pierda el estilo, el propósito, la visibilidad a los productores (ayudarlos en Facebook, generar un modelo con estructura, por ejemplo). LUIS: Es muy importante la sostenibilidad. Crear las condiciones para que si el día de mañana nos vamos a otro proyecto, este pueda seguir en las manos de al- guien más que sea capaz de expandirlo sin problema y llevarlo a su máximo potencial.
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