360 UDEM No.4- Ecoansiedad: Nuestra Paz mental se derrite

E l fenómeno de la globalización ha hecho que profundicemos los modelos de comportamiento humano. En sí, es el comprender que este con- cepto está circunscrito no en la uniformidad sino en lo que los pensadores contemporáneos han denominado como un todo inseparable, es decir, la realidad social como un todo. En este sentido, el COVID-19 nos ha obligado a entrar en esta perspectiva de la globalización. En ver al mundo, la vida y la sociedad como un tejido, en el que todos los miembros son interdependientes, están interrelacionados, son interretroactivos. Esta visión pareciera contraponerse a lo enuncia- do por el filósofo francés Jean-Paul Sartre (“¿El in- fierno son los otros?”) en su obra A puerta cerrada (1944), en un contexto que podría parecer totalmente diferente al nuestro. Lo mencionado por Sartre es interesante, ya que utili- za la figura literaria religiosa del infierno como una situa- ción en la que irremediablemente solo se debe padecer y sufrir por lo que el otro hace. El autor, en un verso de la obra, define el estado en el que se inspiró Dante para el castigo eterno, el sentido de su mirada al otro: “Cuando las relaciones con el otro están torcidas, viciadas, enton- ces el otro solo puede ser el infierno”, afirma. EL OTRO NECESARIO Pero los orígenes mismos de la antropología cristia- na siempre han ido en otra dirección. Los individuos principalmente están asociados a lo social, como se lee en el libro del Génesis: “No es bueno que el hom- bre esté solo”. No fuimos creados para la soledad, sino para la alteridad hacia lo relacional. Esto lo en- seña la globalización.

L A F RAS E D E SA R T R E E S I N T E R E SA N T E , YA Q U E U T I L I Z A L A F I G U RA L I T E RA R I A R E L I G I O SA D E L I N F I E R NO C OMO U N A S I T UAC I ÓN E N L A Q U E I R R EME D I A B L EME N T E S O LO S E D E B E PA D EC E R Y S U F R I R P O R LO Q U E E L OT R O H AC E .

Si cuando se escribió la Biblia hubiesen existido los trending topics , posiblemente la respuesta de Caín ante la interrogante de Dios por su hermano Abel (“¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”) hubiese sido la tendencia #NoSoyGuardiánDeMiHermano, un sinónimo muy parecido al #LordEsMiCuerpo que fue tendencia unos meses atrás. Pero resulta que esta visión arrogante y autosufi- ciente del yo quedó totalmente vaciada en la pande- mia, ya que no solo fue necesario cuidarse a sí mismo sino, muy importante, el no contagiarse para no perju- dicar a los otros. El asunto no era tanto el contagio, sino el contagio masivo y sin control, porque hasta los países con siste- mas económicos estables y modelos hospitalarios de

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