360 UDEM No.4- Ecoansiedad: Nuestra Paz mental se derrite

I N F O D E M I A : ¿ P O D E M O S E S C A P A R D E L A S O B R E I N F O R M A C I Ó N ?

de encontrar patrones de comportamiento como, por ejemplo, el hecho de que a pesar de que se le consi- dera a John Lennon como el Beatle más intelectual, las letras de George Harrison son más complejas. Así es: la virtud de la data es que te puede decir quién de tus amigos es el más inteligente sin que tú cometas el error de decir que eres tú y hagas el ridí- culo frente a una computadora que no tiene interés en hacerte sentir bien. Pero, sarcasmo a un lado, la gran corriente de la tecnología que describe Brooks en su libro The Social Animal (2011) y que convence tanto a inversionistas como a consumidores es esa infalibili- dad tecnológica (por no tener el sesgo humano) que nos puede llevar a una mejor vida o nos puede decir el futuro o nos puede llevar al espacio.

y entonces “Con esto llegaremos a la Luna”, “Vamos a predecir el futuro” y “Él bajó 5 kg en dos días, ¿quieres saber cómo lo hizo?” o “Esta es la verdadera razón por la que Katherine Heigl ya no está en Hollywood”. LA ESPIRAL DE LA INFORMACIÓN Antes de la pandemia, no me avergonzaba entrar a ver los datos que mi celular recoge sobre mi uso de re- des sociales y tiempo en la pantalla. Hoy prefiero no enterarme. Ahí están, pero por economía emocional estoy eligiendo no verlos. Puede ser que, como dice Brooks, mi propia susceptibilidad humana me esté traicionando y haya pasado menos horas de lo que pienso moviendo el dedo hacia abajo mientras me deslizo por Instagram. Puede que identifique el patrón

Brooks, por ejemplo, ilustra su primer argumento con el caso de que algunos pro- fesores intuyen que los estudiantes tienen estilos de aprendizaje diferentes y que enton- ces cambian de estrategia pedagógica para enseñar lo más diversamente posible a sus alumnos. No hay evidencia de lo que intuyen los profesores, argumenta Brooks. Excepto

Refuerzo intermitente es la técnica que recompensa al usuario de vez en cuando, sin un patrón predecible, para mantener la expectativa. Y generar expectativa es lo que hacen bien Instagram y Facebook.

que sí la hay: y es el hecho de que los profesores convi- ven con sus alumnos casi a diario y que la comunicación no necesita de datos duros para arrojar resultados. A veces los cambios son sutiles, a veces no pue- des medir de X a Y qué tanto alivio sintió uno de los alumnos porque por fin entiende un concepto que an- tes le parecía imposible. Quizás el alumno todavía no sabe que sintió ese alivio, quizás es imperceptible en el momento, porque no estamos acostumbrados a leer nuestras emociones o a nuestro propio cuerpo. Porque si lo estuviéramos, pondríamos mucha más atención al hecho de que esto no está funcionando. Que la satu- ración de información se siente así: como saturación. Y que lo que están haciendo muchas empresas de in- formación con los maravillosos datos es encontrar la fórmula (algoritmos) para hacernos más adictos a ellos

de comportamiento que tengo: a mayor nivel de ansie- dad, mayor scroll . Todos ya sabemos que lo que estamos haciendo en las redes sociales es vender nuestra atención. Y los medios saben que ahí está, entonces se adaptan a la forma para captarnos. En las mismas plataformas en las que, por ejemplo, los hijos de Chamath Palihapiti- ya, exvicepresidente de Facebook, no tienen permitido tener una cuenta (tampoco los sobrinos de Tim Cook, el CEO de Apple). ¿Qué tipos de mecanismos utilizan las redes sociales para mantenernos ahí? El scroll eterno parece hasta hipnótico, nunca ter- mina realmente, a menos que algo nos saque de ahí, porque si no hay interrupciones en donde hayan pe- queñas pausas (dar clic a la siguiente página, imagen o video) para decidir si queremos mantenernos donde

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