360 UDEM No.4- Ecoansiedad: Nuestra Paz mental se derrite

E S P E C I A L C I N E Y C I E N C I A F I C C I Ó N

L a radio, dijeron, iba a hacer que desaparecieran los periódicos. La televisión reemplazaría a la radio. El cine acabaría con el teatro. Estas aseveraciones se han hecho muchas veces en la historia de los medios de comunicación y entretenimiento. Sin embargo, todos han sobrevivido. Esta persistencia de los medios tiene que ver con la resiliencia de sus públicos, propietarios y productores, pero también con las funciones esenciales que cumplen en la sociedad. Cada uno atiende demanera específica y distinta las necesidades de entre- tenimiento, información y educación que tienen las comunidades a las que dan servicio. Pero, en 100 años, la industria de los medios de comunicación no había enfren- tado una crisis mundial como la del Coronavirus, que velozmente ha puesto en riesgo el modelo de operación de sus empresas. En el caso del cine, es importante tener en cuenta que se sostiene en tres industrias más especializadas: las productoras, las distribuidoras y las exhibidoras. Unas hacen las películas, otras las mercadean para conseguir su exhibición y otras se encargan de mostrarlas a los públicos. Este modelo ha operado desde los inicios del sistema hollywoodense y ha sobrevivido a múltiples cambios tecnológicos y crisis financieras, bélicas y de salud. Sin embargo, en la crisis actual la competencia directa que representan los sistemas de distribución directo a casa (OTC) ha aparecido como la gran alter- nativa al sistema tradicional. Los nuevos estudios como Netflix, Amazon y Apple producen, distribuyen y exhiben sus propios contenidos llegando sin intermedia- rios a las casas de sus audiencias, y por el precio de una visita a la sala de cine ofrecen multitud de películas, series y documentales —a esto debemos también sumar a Disney+, la nueva apuesta de un estudio con casi 100 años de vida—. En estos tiempos complejos, se disfruta de estos contenidos desde la comodidad y seguridad del hogar. Consecuencia: varias cadenas de salas de cine han declara- do estar cerca de la bancarrota. En México, las principales cadenas operan en las ciudades donde se permite, pero con poco aforo. Varios analistas han dicho que este escenario sucedería tarde o temprano, pero que ha sido acelerado por la pandemia del COVID-19. Las causas son múlti- ples. En los países desarrollados (y el confinamiento llevó la tendencia a muchos otros países), el comercio electrónico generó una caída drástica en la asistencia a los centros comerciales, que dejaron de ser destinos de entretenimiento, cuan- do las salas de cine, en la mayoría de los casos, eran el complemento a la visita. Se sumó la disminución del espacio para cobertura mediática y crítica cinemato- gráfica en los medios, junto con el surgimiento de las redes sociales, donde sitios como YouTube se presentaron como alternativas gratuitas. Finalmente, llegó el surgimiento de las plataformas de streaming , con su omnipresente algoritmo de recomendaciones. Esto completó el cuadro del horror para las salas de cine.

La pandemia pasará. Volve- remos a nuestros rituales sociales. ¿Estarán ahí las salas de cine? P O R : J U A N M A N U E L G O N Z Á L E Z F E R N Á N D E Z , D I R E C T O R D E L D E PA R TA - M E N T O D E C I E N C I A S D E L A I N F O R M A C I Ó N , U D E M .

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