EVOLUCIÓN Y MEDICIÓN 1.
EL CONCEPTO DE INNOVACIÓN:
La necesidad de una mejor comprensión del concepto y proceso de inno- vación tomó particular consideración a partir los años ochenta, momen- to en el que la comunidad estadística mundial, liderada por la OCDE y Eurostat, acordó desarrollar conjuntamente un enfoque estadístico para apoyar la medición de la innovación en las empresas. Para entonces, las limitaciones de los indicadores de investigación y desarrollo (I+D) y pa- tentes ya habían sido señalados por algunos autores en la literatura (ej., Pavitt, 1976) y existía una necesidad real de estandarizar las encuestas nacionales sobre innovación que en algunos países ya se estaban desa- rrollando. El primer conjunto de directrices para la recopilación e inter- pretación de datos sobre innovación tecnológica, más conocido como el manual de Oslo, se publicó en 1992 y se centraba fundamentalmente en la dimensión tecnológica de la innovación: la medición de innovación de producto y de proceso. Este esfuerzo formal de normalización se realizó en paralelo a un proyecto iniciado por la Unión Europea en 1991 que tenía como objetivo crear una base de datos europea sobre innovación, la denominada Encuesta Comunitaria de Innovación ( Community Inno- vation Survey, CIS ). Como resultado, el primer cuestionario modelo CIS fue preparado a partir de los conceptos y preguntas planteados en el Manual de Oslo (OCDE, 1992) y se consideró como una evolución posi- tiva hacia la comparabilidad internacional de resultados. Durante los siguientes años, uno de los ámbitos prioritarios de desa- rrollo y mejora del cuestionario fue la aproximación por parte de la en- cuesta de la innovación en el sector servicios y, en este sentido, la incor- poración de nociones de innovación no-tecnológica más propias de ese sector. Basándose en las experiencias adquiridas desde la publicación de la primera edición, la segunda edición del Manual de Oslo, publicada en 1997, extendió la medición de la innovación tecnológica a los servi- cios y comenzó a anotar, como anexo, los posibles enfoques para medir lo que se identificó y describió como innovaciones no-tecnológicas. La segunda Encuesta Comunitaria de Innovación (CIS2), desarrollada entre 1997 y 1998, adoptó la definición de innovación tecnológica propia a la segunda edición del Manual de Oslo (OCDE, 1997). Esta segunda ronda de la CIS reveló en cierto modo la dificultad de circunscripción del término innovación ‘tecnológica’ y la necesidad de extender el concepto de innovación a otros factores determinantes del éxito organizativo. El principal punto de partida para separar entre los dos modos de innovación (tecnológica vs. no-tecnológica) fue, por su- puesto, el diferente papel que ocupa en cada caso la tecnología. En este sentido, la innovación no-tecnológica no comprende necesariamente un cambio en la tecnología o la adopción de nuevas tecnologías, sino que
MÉTRICA DE INDICADORES DE INNOVACIÓN NO-TECNOLÓGICA (MINT): PROPUESTA DESDE LA INNOVACIÓN DE SERVICIO, LA INNOVACIÓN ABIERTA Y LA INNOVACIÓN SOCIAL
10
Made with FlippingBook - Online Brochure Maker