EH3928 TAMPS 01AGO2025

ESCENA/31

el horizonte

Fin de semana del 1 al 3 de agosto de 2025

Siguiendo al Papa POR ANAM CARA

una solución. Después del en- cuentro con Jesús, esa perso- na no sólo vuelve a hablar, sino que lo hace «normalmente» (v. 35). Este adverbio insertado por el evangelista parece que- rer decirnos algo más sobre los motivos de su silencio. Quizás este hombre dejó de hablar porque le parecía que decía las cosas mal, quizás no se sentía adecuado. Todos experimenta- mos que se nos mal interpre- ta y que no nos sentimos com- prendidos. Volver a hablar “normal- mente” es el comienzo de un camino, no es todavía el pun- to de llegada. De hecho, Jesús prohíbe a ese hombre contar lo que le ha sucedido (cf. v. 36). Queridos hermanos y herma- nas, pidamos al Señor que po- damos aprender a comunicar- nos con honestidad y pruden- cia. Oremos por todos aquellos que han sido heridos por las palabras de los demás. Oremos por la Iglesia, para quenunca falte en su tar- ea dellevar a las personas a Jesús,para que puedan es- cucharsu Palabra, ser sanadas por ella y convertirse, a su vez, en portadoras de su anuncio desalvación.

El comportamiento de Jesús puede parecer extraño al prin- cipio, porque toma consigo a esta persona y la lleva aparte(v. 33a). Parece así acentuar su aislamiento; pero, mirándo- lo bien, este gesto nos ayuda a comprender lo que se esconde detrás del silencio y la cerrazón de este hombre, como si hu- biera captado su necesidad de intimidad y cercanía. Jesús le ofrece ante todo una proximidad silenciosa, a través de gestos que hablan de un en- cuentro profundo: toca los oí- dos y la lengua de este hombre (cf. v. 33b). Jesús no usa muchas pa- labras, dice lo único que es necesario en este momento: «¡Ábrete!» (v. 34). Marcos reproduce la palabra en arameo, “efatà”, casi para hacernos sentir «en vivo» el sonido y el soplo. Esta palabra, sencilla y her- mosa, contiene la invitación que Jesús dirige a este hom- bre que ha dejado de escuchar y de hablar. Es como si Jesús le dijera: «¡Ábrete a este mundo que te asusta! ¡Ábrete a las relacio- nes que te han decepcionado! ¡Ábrete a la vida que has re- nunciado a afrontar!». Cerrarse, de hecho, nunca es

El Papa León XIV: Todos necesitamos pedirle al Señor que sane nuestra forma de comunicarnos, no sólo para ser más eficaces, sino también para evitar herir a los demás con nuestras palabras. Pidamos al Señor que podamos aprender a comunicarnos con honestidad y prudencia

Del 25 al 31 de julio del 2025 (VIS)

AUDIENCIA GENERAL. Q nuestro recorrido por la vida pública de Jesús, hecha de di- versos encuentros, parábolas y curaciones. También este tiempo que es- tamos viviendo necesita cu- ración. Nuestro mundo está atravesado por un clima de violencia y odio que mortifi- ca la dignidad humana. Vivimos ueridos hermanos y hermanas: Con esta catequesis terminamos en una sociedad que se está enfermando a causa de una «bulimia» de conexiones en las redes sociales: estamos hip- er conectados, bombardeados por imágenes, a veces incluso falsas o distorsionadas. Somos arrollados por múlti- ples mensajes que suscitan

hablar más porque no se sentía comprendido, y apagar toda voz porque se sentía decepcio- nado y herido por lo que había oído. De hecho, no es él quien acu- de a Jesús para ser sanado, sino que lo llevan otras per- sonas. Se podría pensar que quienes lo conducen al Ma- estro son los que están preocu- pados por su aislamiento. Sin embargo, la comunidad cris- tiana ha visto en estas personas también la imagen de la Iglesia, que acompaña a cada ser hu- mano hasta Jesús para que es- cuche su palabra. El episodio tiene lugar en un territorio pa- gano, por lo que nos encontra- mos en un contexto en el que otras voces tienden a cubrir la voz de Dios.

en nosotros una tormenta de emociones contradictorias. En este escenario, es posible que surja en nosotros el deseo de apagar todo. Podemos lle- gar a preferir no sentir nada. Nuestras palabras también corren el riesgo de ser ma- linterpretadas, y podemos sen- tir la tentación de encerrarnos en el silencio, en una incomuni- cación en la que, por muy cer- canos que estemos, ya no so- mos capaces de decirnos las cosas más simples y profundas. A este respecto, me gustaría detenerme hoy en un texto del Evangelio de Marcos que nos presenta a un hombre que no habla ni oye (cf. Mc 7, 31-37). Precisamente como nos po- dría pasar a nosotros hoy, este hombre quizá decidió no

LA FRASE DEL DÍA

Pon tus ojos en las estrellas y tus pies en el suelo", THEODORE ROOSEVELT ESCRITOR

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SOLUCIÓN AL PASATIEMPO ANTERIOR

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