Innovación turística y especialización inteligente

ANEXOS | PARTE VI

Los clústeres se caracterizan por este funcionamiento en red y el resurgir del concepto es de hecho en gran medida consecuencia de esta característica. Baptista (1998 51 ) lo resalta aludiendo que frente al término simple de con- centración geográfica, el término clúster incorpora además los vínculos, las interacciones entre agentes y las externalidades que de ellos se derivan. Es por ello que el criterio de la intensidad en las relaciones debe tenerse muy en cuenta a la hora de discriminar la existencia o no de un clúster. APLICACIÓN METODOLÓGICA 52 Tal y como señalan diversos autores (Hoen et al . 1999 53 , OECD 1999 54 ), las interrelaciones de los agentes pueden ser de dos tipos: comerciales y tecnológicas (o de conocimiento). Las relaciones comerciales (las más habituales) se dan a través del uso de insumos de los proveedores del sec- tor, y por la provisión de bienes y servicios a los clientes. Las tecnológicas son más complicadas de apreciar, ya que pueden darse a través de una transferencia formalizada (licencia de propiedad intelec- tual) o de forma implícita (con la compra de un bien o un servicio que lleve imbuida una tecnología, por el efecto de las spill-over de conocimiento, etc.). La diferenciación entre uno y otro tipo de interrelaciones no es trivial. Raines (2000) 55 subraya la importante diferencia existente entre los clústeres de cadena de valor (a partir de la consideración de sus relaciones comercia- les) y clústeres de competencias (ligados a el conocimiento). A su vez, la OECD (1999) 56 y Navarro (2003) 57 diferencian entre clústeres verticales (de ligazones comerciales) y clústeres horizontales (de similares competencias y dominios tecnológicos). En nuestro caso hemos considerado tanto una como otra dimensión, como podremos apreciar a lo largo del capítulo. 51. BAPTISTA, R. (1998) “Clusters, Innovation and growth: a survey of the literature” En SWANN, G.M.P. PREVEZER, M. Y STOUR, D. (eds) “The dynamics of industrial clustering. International comparisons in computing and biotechnology”. Oxford University Press. 52. La aplicación de la técnica a otros casos regionales españoles podemos encontrarla en Castillo, J., Paton, J. y Muñoz J.J. (2010) y Castillo J., y Paton, J. (2011). 53. HOEN, A. (1999) “Three variations on identifying clusters” Workshop of the Focus Group on Clusters, 8-9 May 2000, Utrrecht, OECD. 54. OECD (1999) “Boosting Innovation: The clusters approach”. Paris 55. RAINES, P. (2000) “Developing Cluster Policies en Seven European Regions”. Regional and Industrial Policy Research Paper.No. 42.European Policies Research Centre, University of Strathclyde, Glasgow. 56. OECD (1999) “Boosting Innovation: The clusters approach”. Paris 57. NAVARRO, M. (2003) “Análisis y políticas de cluster: teoría y realidad”. Ekonomiaz. Nº 53: 14-49.

| 235

Made with FlippingBook - Online Brochure Maker