CUANDO ERA JOVEN?» «Tomó usted La honestidad es importante, y no debe mentirle a su hijo si usted tomó siendo menor de edad. Podría decirle: «Sí, lo hice, y me arrepiento. Quiero que estés mejor informado de lo que yo estaba a tu edad y que tomes decisiones más seguras».
Comunicación de valores familiares Muchos padres enseñan a sus hijos valores familiares básicos, como la honestidad y la responsabilidad, pero no siempre los relacionan con situaciones reales que involucran el alcohol y otras sustancias. Suelen suponer que sus hijos aplicarán naturalmente estos principios al tomar decisiones. Esta suposición es arriesgada. El cerebro adolescente aún está en desarrollo, y los jóvenes no siempre hacen las mismas conexiones lógicas que parecen obvias para los adultos. Por eso es crucial mantener conversaciones abiertas y directas sobre el alcohol, el cannabis y otras sustancias, reforzando no solo los
valores, sino también las expectativas y reglas claras. La mejor manera de asegurar que estas conversaciones ocurran regularmente es haciéndolas parte natural de los diálogos familiares. Realizar reuniones familiares rutinarias puede proporcionar una forma estructurada de hablar sobre temas importantes, incluyendo la presión de los compañeros, las situaciones de riesgo y las reglas familiares. Mantener abiertas las líneas de comunicación —comenzando temprano y continuando durante la adolescencia— ayuda a que los adolescentes se sientan apoyados, escuchados y más dispuestos a compartir sus propios pensamientos e inquietudes.
Consejo para padres: Mantenga abierta la conversación sobre el alcohol, aunque su hijo adolescente diga lo que usted quiere oír: «No tomo». Qué hacer: Hable sobre el consumo de alcohol y cómo manejar situaciones de riesgo, sin importar lo que su hijo admita. Qué no hacer: Evite la conversación sobre el consumo de alcohol, asumiendo que su hijo adolescente aún no está en riesgo.
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