VERA CLEMENTE - NUESTRA FUNDADORA
años tras ser hospitalizada en San Juan. Durante su notable vida, se centró en criar a sus tres hijos pequeños (Roberto Jr., Luis y Enrique, tenían 2, 5 y 6 años en el momento de la muerte de Roberto) mientras continuaba y expandía la misión humanitaria de Roberto. Fundó y presidió la Fundación, “para promover el cambio positivo y la participación de la comunidad a través del ejemplo y inspiración de Roberto. Estableció la Ciudad Deportiva Roberto Clemente, que Roberto había imaginado como un lugar donde los jóvenes pudieran practicar de- portes. Todos los años, participó activamente en la elección del ganador del Premio Roberto Clemente, un honor otorgado desde 1973 al jugador que “mejor representa el juego de
béisbol a través de un carácter extraordinario, participación comunitaria, filantropía y contribuciones positivas, tanto dentro como fuera de el campo.” Anualmente volaba a la Serie Mundial para presentar el premio al ganador de ese año. “Vera personificó la gracia, la dignidad y la fuerza después de una tragedia y una pérdida desgarradoras”, dijo el propietario de los Pirates, Bob Nutting, en un comunicado. “Después del fallecimiento de Roberto, Vera crió a sus tres hijos hasta convertirlos en hombres sobresalientes, mientras trabajaba incansablemente para asegurar que la visión compartida de ella y su esposo de compasión, servicio y amor por los demás viviera para siempre. Como Embajadora de Buena Voluntad de MLB,
En la víspera de Año Nuevo de 1972, Vera Clemente, fue a despedir a su esposo Roberto que partía de Puerto Rico con suministros de socorro para las víctimas del terremoto en Nicaragua. Ella pensó que su esposo debería esperar hasta el día siguiente. Sin embargo, Roberto insistió en volar esa noche, para ver de primera mano que los suministros de socorro llegarían a los necesitados. Poco después del despegue, el avión se estrelló contra el océano. No hubo supervivientes. Por el resto de su vida, Vera, entonces de 30 años, se dedicó a mantener viva la memoria de su esposo. Sin volver a casarse, construyó su propio legado humanitario. Murió en 2019 a los 78
también viajó por todo el mundo para promover el béisbol y visitar a niños hospitalizados y otros niños cada año en el Juego de Estrellas y la Serie Mundial. “Como Embajadora de Buena Voluntad de MLB, Vera impactó a innumerables niños y extendió el legado humanitario de su familia de ayudar a los necesitados”, dijo Rob Manfred, comisionado de MLB. “Con gracia y fuerza, abrió el camino para dar la bienvenida a los jugadores al fraternidad de los ganadores del Premio Roberto Clemente, el honor fuera del campo más prestigioso en nuestro juego”. “Descansa en paz, Vera”, dijo Carlos Beltrán, ganador del Premio Clemente 2013. “Gra- cias por compartir con todos nosotros los grandes recuerdos y el legado de nuestro querido Roberto Clemente. ”
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