2.7.5. Planificación de los trabajos y su control periódico
La gestión de citas lleva implícita la gestión de entregas que, en cada reparación, se fijarán atendiendo a este desglose de necesidades y de medios disponibles, teniendo su base en el tiempo que se asigna para ejecutar la repa- ración.
Este tiempo asignado puede ser definido sobre la base de la experiencia y pericia del técnico recepcionista o pue- de establecerse sobre la base de parámetros estadísticos, facilitando su labor.
Esta base estadística se puede tratar desde los controles de fichajes históricos, relacionando tiempos peritados con tiempos reales en cada una de las áreas. Por ejemplo, dependiendo de las horas peritadas en chapa o en pintura se asignarán unas horas de trabajo en el taller. Este tiempo puede ser comunicado a los operarios como objetivo y sir- viendo de base para el cálculo de incentivos de producción. Esta política de gestión favorece el cumplimiento de los tiempos asignados y, por tanto, de las entregas, lo que facilitará enormemente la planificación del taller. Cuando la reparación sea grande, es conveniente asignar un tiempo para cada parte que se pueda desglosar de la reparación, como primeros desmontajes, bancada, ensamblaje de piezas exteriores y repaso de chapa, preparación en pintura, enmascarado y pintado, montaje y electromecánica, etc. De esta forma, se evita desperdiciar tiempos al inicio de la reparación, facilitando el cumplimiento de los plazos. La gestión de las entregas es un punto crítico: un retraso en las entregas perjudicará no sólo a las repara- ciones en curso, sino también a las citas ya planificadas, distorsionando toda la organización. Por tanto, habrá que revisar continuamente el estado de las entregas, anticipándonos a posibles cambios en la planificación. Al disponer de tiempos asignados, los mismos operarios pueden realizar una valoración del estado de los vehículos en curso, facilitando la labor del jefe de taller, que deberá informar continuamente de la situación a la recepción. La no existencia de este tiempo asignado requiere una mayor dedicación del jefe de taller a la revisión de los trabajos en curso, limitando el tiempo dedicado a tareas como: estado de los aprovisionamientos de recambios, gestión de la calidad, capacitación del personal, etc.
El jefe de taller ha de valorar la situación de la carga de trabajo del taller para priorizar actividades, redistribuir los medios e informar permanentemente a la recepción para adaptar la gestión de citas.
En este sentido, un control sobre las reparaciones en curso es vital, comenzando por las entregas inmediatas del día; si ha existido un seguimiento no ofrecerá problemas, salvo imprevistos de última hora. Por lo que se refiere a las entregas de los días posteriores, se revisarán las fases en las que se encuentran así como el estado de los recambios, planificando los recursos del taller para alcanzar los objetivos. En este ámbito existen aplicaciones informáticas de gestión del taller que facilitan esta labor del jefe de taller, pudiendo excluir del control aquellas reparaciones que siguen su curso normal y así dedicarse a la gestión y dirección de las que presentan más dificultades y requieren su atención más inmediata.
Recuerda
La gestión de las entregas es crítica para las reparaciones en curso y para las citas planificadas.
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PLANES DE DISTRIBUCIÓN DEL TRABAJO EN FUNCIÓN DE LAS CARGAS
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