Este margen bruto es un tanto impreciso, al no considerar la obra en curso que contiene materiales consumidos pero que están aún sin facturar, o facturados en el período pero consumidos en períodos precedentes. Tasas negativas en el margen pueden ser debidas a disonancias entre los trabajos valorados y los realmente rea- lizados en las reparaciones, así como a consumos no controlados. b) Consumo y margen de los recambios Una buena organización basada en la gestión de las órdenes de reparación es vital para calcular el consumo real en un período. En este sentido, se deben registrar las órdenes en curso de reparación y las órdenes cerradas (finali- zadas y facturadas). Cada orden de reparación en curso tendrá su inventario de piezas recibidas, así como de devuel- tas y abonadas. También se podrán comprobar las piezas pendientes de recibir. Cuando la reparación está terminada y se han recibido todos los recambios es importante que los albaranes de esas piezas estén registrados para que, al cerrar la orden de reparación para facturar, queden asignadas todas las compras a esa orden. Con la orden ya cerrada, los recambios quedan fuera del inventario al cambiar su estado de en curso a cerrada y pasan a considerarse consumo o salida del inventario . De esta forma, se puede comprobar para cada reparación el recambio consumido con la cantidad facturada y verificar el margen en cada uno de los casos. No obstante, si no tenemos un registro de este tipo, habrá que recurrir al cálculo del consumo según la fórmu- la anterior de la contabilidad, quedando la información más vaga e imprecisa. Para calcular el margen bruto se seguirá la operación antes expuesta pero, en este caso, no se producen dis- torsiones por la obra en curso y tampoco suelen presentar problemas entre las piezas facturadas y las consumidas, salvo excepciones de pequeño material no facturado o de piezas extraviadas o rotas en su manipulado. Además de calcular el margen global, es interesante vigilar los márgenes y descuentos ofrecidos por los prove- edores para mantener una política activa de negociación y obtener los mejores resultados. También se puede reali- zar un análisis de los márgenes según la marca y modelo de vehículo, o según la magnitud de los daños y tipo de piezas sustituidas, todo ello para conocer más a fondo el negocio. c) Consumo en el almacén de recambios Al tratarse de un almacén, estos cálculos son similares a los materiales de pintura y otros consumibles (apartado a). Tiene la particularidad de que por ser grandes volúmenes se precisa un registro de salidas, verificando el tipo de cliente (taller interno, taller externo, detallista, particular, etc.) para analizar y gestionar los márgenes y descuentos a aplicar en cada tipo de venta, así como registrar las operaciones urgentes y las que han sufrido retrasos en el servicio. El margen bruto de venta también se guía por la operación ya expuesta. La singularidad se basa en su análisis en función de la tipología de los clientes, las características de los proveedores y los diferentes tipos de productos para determinar qué política de descuentos y de compras favorece los mejores resultados. La rentabilidad depende no sólo del margen bruto obtenido, sino también de las rotaciones o volúmenes de venta. Un margen bruto aceptable no garantiza un beneficio, pues quedan por descontar los costes fijos de la actividad.
4.3.8. Los costes de gestión: costes operativos y de oportunidad
Aunque no se registren los costes en una contabilidad analítica no implica que éstos no existan. Sin embargo, las pequeñas empresas del sector, al carecer de herramientas analíticas de gestión, subestiman la existencias de los cos- tes operativos y, mucho menos, de oportunidad que generan los stocks . Por tanto, en lugar de tratar de la contabi- lidad sin más, recurriremos a las actividades y a los medios para comprobar los costes que se soportan.
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GESTIÓN Y LOGÍSTICA DEL MANTENIMIENTO DE VEHÍCULOS
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