Soberanía Tecnológica

Soberanía tecnológica

De la misma forma, es importante contar con mecanismos de coordinación entre los diferentes ministerios y agencias públicas en campos tan dispares como la educación, la fi scalidad, la industria o la ciencia (gobernanza horizontal) , de manera que las soluciones tec- nológicas contemplen todas las dimensiones posibles (medioambiental, económica, fi scal, industrial). Esto puede requerir ciertas refor- mas en la gobernanza, por ejemplo, estable- ciendo órganos transversales de decisión que aúnen los ministerios, agencias, consejerías y departamentos vinculados a los temas a resol- ver en un ejercicio de horizontalidad que facilite un uso más e fi ciente de los recursos disponi- bles y una visión holística de las problemáticas.

Para ello, es preciso incorporar los aspectos relativos a la soberanía tecnológica entre las prioridades de la agenda exterior de España. En los años 2020 y 2021, el Ministerio de Asuntos Exteriores estuvo realizando una propuesta de Estrategia Nacional de Tecnología y Orden Global en la que se marcaba la visión-país de España mediante una hoja de ruta clara, con objetivos, medidas, acciones e iniciativas destinadas a dotar de prioridad a ciertas tec- nologías críticas y aportar una visión global del impacto de la tecnología en nuestra seguridad, economía, sociedad y derechos. Retomar esta iniciativa sería fundamental. Si bien el contexto global todavía carece de una gran cantidad de países que hayan desarrollado su primer marco de “diplomacia tecnológica”, lo cierto es que ya existen algunos que están dando pasos sustanciales que les están marcando un valor diferencial. Es el caso del primer embajador tecnológico de Dinamarca, creado en 2017, que dedica su portfolio especí fi camente al posicio- namiento de su país en las ciudades insignia de la tecnología, de fi ende su visión y promueve su liderazgo en el impacto de la tecnología en la seguridad, la economía y los derechos. También Estonia dispone de una embajadora digital, separada del embajador de cibersegu- ridad. Estados Unidos creó en 2022 el primer bureau de diplomacia tecnológica, que cubre tres unidades: la política tecnológica interna- cional, las normas globales en ciberseguridad y los derechos digitales. En el caso de la UE, en 2022 se o fi cializó el pri- mer marco de diplomacia digital con el acuer- do de los veintisiete Estados miembros en el Consejo de Asuntos Exteriores del Consejo de la Unión Europea. Si bien es un trabajo progre- sivo que requiere de legitimidad —interna en las instituciones propias y externa hacia terceros—, es una oportunidad clave para disponer de un único idioma, visión-país, recursos, mecanis- mos de coordinación y comunicación y estrate- gia desde todas las agencias de un mismo país hacia el exterior.

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