INFORME COTEC | Situación y Evolución de la Economía Circular en España
La necesidad de este cambio de modelo resulta especialmente urgente en un contexto en el que cada vez es más patente que los países de la Unión Europea dependen en gran medida de proveedores externos de materias primas fundamentales, lo que puede provocar perturbaciones en el suministro con efectos negativos en las cadenas de valor industrial y en otros sectores, y en último término amenazar la recuperación económica. En este sentido, aunque la recuperación de recursos y materiales para incorporarlos de nuevo al ciclo productivo, podría contribuir a cubrir en parte la demanda total de materiales, en 2019, en España el uso circular de materiales era solo un 10%, es decir, solo un 10% de los requerimientos totales de material estuvieron cubiertos por material recuperado. En el caso de la UE-27 este valor fue ligeramente superior, el 12%. En paralelo a esta baja capacidad en el uso circular de materiales, se observa una tendencia de incremento en la generación de residuos en el conjunto de la UE-27. En el caso de España, que inició el siglo con un comportamiento favorable de reducción en la generación de recursos, desde 2012 se ha invertido esa tendencia lo que refuerza la conclusión de que los buenos registros en algunas de las variables de circularidad de la economía española se han debido más
a una cuestión coyuntural que a un cambio estructural en términos de uso e intensidad material y circularidad. A la preocupación por la disponibilidad y eficiencia en el uso de los recursos, España tiene que enfrentar una mayor debilidad estructural en el tratamiento y gestión de los residuos que viene arrastrando desde hace tiempo. España ocupa la decimoctava posición entre los países miembros de la UE-27 en cuanto a tasa de reciclado de los residuos municipales, con un valor de este indicador del 35% que supone el incumplimiento del objetivo del 50% marcado por la Comisión Europea para 2020, y nos sitúa por debajo de la media de la UE-27 (48%). Los nuevos objetivos de reciclado de residuos municipales fijados por la Comisión, son aún más ambiciosos - 55% en 2025; 60% en 2030; 65% en 2035 - y a ellos se suma el establecimiento del objetivo de depósito en vertedero de un máximo del 10%, cuando actualmente en España es el destino del 54% de los residuos municipales. Todo ello hace todavía más urgente acelerar la transformación del modelo de gestión de residuos y dar mayor protagonismo a la prevención. Las medidas que se han ido adoptando han estado centradas, sobre todo, en la gestión de los residuos, donde persisten importantes puntos débiles. Pero son necesarios también mayores avances
en las fases iniciales del ciclo productivo de ecodiseño, ecoinnovación, fundamentales cambiar los actuales patrones lineales de producción y consumo y para el avance de la circularidad. En este sentido, deben ganar especial protagonismo, en la línea marcada por el Proyecto de Ley de residuos y Suelos contaminados, los instrumentos económicos y de mercado, como los impuestos de plásticos de un solo uso o sobre depósito e incineración de residuos o el impulso a las tasas municipales, articuladas sobre el principio de pago por generación. Estos mecanismos, si se articulan de forma adecuada, pueden ser la clave para dar cumplimiento a los objetivos de reutilización y reciclado, y reducir el recurso a las formas de tratamiento que están en las escalas inferiores de la jerarquía de residuos (incineración y vertederos). Igualmente, la normativa debe realizar una apuesta más decidida por el impulso de la prevención de residuos. La actual regulación de gestión de residuos debe tender a convertirse en un sistema jurídico con enfoque más amplio, focalizado en la gestión preventiva y eficiente de los recursos. Asimismo, deben impulsarse las políticas normativas comunitarias y estatales orientadas hacia un reconocimiento cada vez más intenso del «derecho a la reparabilidad»
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