nos parecemos más al otro país? Mi respuesta sería sí y no. Al igual que el caso anterior con Estados Unidos, no es novedad que los estados fronterizos vivan una realidad completamente distinta a la del resto de su propio país. México es un país extenso de dimensiones y terri- torios, por lo que esta extensión crea diferencias entre el comportamiento, el desempeño y la idiosincrasia interna de los estados del sur. Un ejemplo de esto es simplemente la forma en la que hablamos el español y el uso de ciertas expresiones lingüísticas. Mientras el norte cuenta con un acento fuerte, donde incluso se hace burla de que hablamos gritando, en el sur se habla muy cantadito y suave. Y esta es solo una de las diferencias notorias que existen. Con lo anterior en mente, existe una ventaja trans- fronteriza que, como mencioné hace unos momentos, nos ha heredado rasgos culturales, económicos y so- ciales del país vecino. Este cambio de perspectivas económicas convirtió al norte de México en un expo- nente de infraestructura, de opciones laborales y de oportunidad de mercado gracias a Estados Unidos, creando un ambiente más globalizado y más cercano al ámbito internacional para los negocios.
Por otro lado, el sur del país mantiene una riqueza de recursos naturales, por ejemplo el agua y el pe- tróleo, teniendo una economía basada en la venta y repartición de estos. Para entender lo anterior también es importante poner el contexto sobre la mesa. Méxi- co, al tener una gama impresionante de ecosistemas, fauna, flora y recursos, suele tener una selección de estas por territorios naturales. Mientras el sur, con un clima húmedo y fresco, tiene una agricultura que se presta a ser variada y rica en ali- mentos, el norte no cuenta con muchos de esos recur- sos, pues al tener un ecosistema árido y seco tuvimos que buscar otras opciones para sostener la economía norteña. A partir de esta necesidad, mezclada con fac- tores geográficos como la cercanía con Estados Unidos, tuvimos cierta ventaja para desarrollarnos y posicionar- nos como capital industrial a nivel internacional. Como esta, existen un sinfín de otras diferencias culturales, como aquellas entre estilos de música ranchera y mariachi, dietas alimenticias, preferencia por ciertos equipos deportivos y el estilo de vida en general. Pero así como tienen sus rasgos distintivos, también comparten elementos como país.
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