SER DEL NORTE
Y ENTONCES, ¿QUÉ ES LA NORTEÑIDAD? Así como existe un parentesco con el sur de la Repú- blica, también es importante mencionar el parentesco que existe en el mismo norte del país. Hasta ahora nos hemos referido al “norte” de forma muy general, pero ¿existen similitudes entre Nuevo León y, por ejemplo, Coahuila? Si bien suena como un ejemplo muy especí- fico, este se puede extender a niveles generales. Realmente existe una relación cultural impresionan- te entre todos estos estados fronterizos, pues además de su influencia norteamericana, es claro que las con- diciones climáticas han vuelto este territorio bastante industrial. En estos estados es de lo más común en- contrar las tortillas de harina recién hechas, la carnita asada, la carne seca para el machacado y el cabrito al pastor. Así como Nuevo León destaca con sus Glorias de Linares y las deliciosas naranjas, Coahuila tiene cajeta y los dulces de guayaba más ricos del país. Y después de todo, el tren de pensamiento que atrave- samos con el objetivo de definir y explicar la norteñidad, podemos finalizar con la cuestión: ¿entonces nos pare- cemos más a México o Estados Unidos? Esta pregunta me parece que queda a criterio de cada quien. Existirán
muchos puntos de vista, pero a mi parecer es una reali- dad que los norteños venimos de chile y de mole, y eso es parte de nuestra esencia inicial y permanente. La principal riqueza del norte de México, como de- cía Carlos Fuentes, no son sus recursos industriales que son abundantes, sino la cultura que comparte este mo- saico de expresiones artísticas e idiosincráticas: nuestra cultura es multicultural y diversa y está en constante transformación por la gente que la conformamos. Ser norteño, creo yo, significa las carnitas asadas que sirven para unir a la familia. Significa la fran- queza de nuestra habla y nuestra cultura de trabajo ardua y constante. Significa rodearnos de las mon- tañas que enmarcan nuestras casas y también sig- nifica el compadrazgo entre desconocidos que los convierte en familia. Ser norteño viene acompañado de lo miserable del cli- ma en invierno y del aún más miserable clima de verano. Viene acompañado de una cheve bien fría y de unos co- rridos a todo volumen en los ranchos de la Presa La Boca. No necesitamos ser de allá ni de acá, porque so- mos de aquí. Somos norteños, hijos de dos culturas que en nuestro territorio se convierten en una.
“Nací en la frontera de acá de este lado De acá de este lado puro mexicano Por más que la gente me juzgue texano Yo les aseguro que soy mexicano De acá de este lado”.
Corrido del Norte, Los Alegres de Terán
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