LO ÚNICO PEOR QUE MARK ZUCKERBERG ES… ¡UN AVATAR DE ZUCKERBERG!
lugar donde vivimos”. Replicamos ya rutinas, intere- ses y obsesiones en el mundo digital, muchas de ellas impulsadas, qué remedio, por la pandemia global del Covid-19, que nos sumergió en el confinamiento desde marzo de 2020. Wunderman Thompson, la agencia inglesa explorado- ra de tendencias, en su reporte “Into the Metaverse” , llega al grado de hablar de “metasociedades”, como una reali- dad digital que refleja los “mejores” valores y estándares de nuestras vidas físicas. Como señala ahí Daren Tsui, CEO de Together Labs: “Imaginemos que creamos una nueva sociedad online , haciéndolo bien desde el día uno”. Utopías a un lado, ese lugar donde nuestras vidas físicas y digitales convergen ofrece muchas posibilida- des, comenzando por la explosión de creatividad que implica. De ahí que en el último año, las búsquedas del término en Google se han multiplicado al infinito y medios como The New York Times, The Washington
a las marcas a crear versiones virtuales 3D de sus pro- ductos. Que TikTok haya anunciado su propia platafor- ma de desarrollo AR, bajo el nombre de TikTok Effect Studio. Que el chip del Google Pixel 6 esté diseñado para exponenciar las experiencias AR. Que Apple esté desarrollando auriculares VR. Y más. “El metaverso existirá una vez que lo que hagamos digitalmente esté completamente conectado. Es una extensión de nuestras vidas físicas en el reino digital”, dice Kerry Murphy, CEO de The Fabricant. Carolina Arguelles, de Snapchat, abunda: “El me- taverso es el área donde puedes tomar, ver e inte- ractuar con cosas que están tanto en el mundo físico como en el digital”. Es decir, el metaverso es el gemelo digital del mun- do físico. Experiencias virtuales, economía virtual. Siempre conectados. Como lo explica Josh Rush, CEO de Surreal: “Es una conexión total de las dimensiones
¿EXISTE YA EL METAVERSO? NO, REALMENTE. LO QUE INICIA SON LAS SEMILLAS DE LO QUE PRONTO COMENZAREMOS A VER Y VIVIR.
Post y The Guardian han incluido muchos artículos ex- plicativos con sus probables implicaciones. Es evidente que fue Zuckerberg (y su avatar) quien, tras cambiar el nombre de su empresa, puso la atención en la palabra. Independientemente de las generaciones, la gente admite que sus vidas sociales, herramientas de tra- bajo e, incluso, su felicidad y bienestar dependen de la tecnología. Así ocurre con 80 % de los millennials (27-41) y los centennials (16-26). No sorprende, pues, que la quinta parte de los colaboradores de Facebook trabajan en desarrollos de realidad aumentada (AR) y realidad virtual (VR) dentro de la división Reality Labs. Ni que Snapchat haya adquirido Vertebrae, que ayuda
tridimensionales del internet, un mundo virtual que existe más allá del análogo. Pero no hay una sola com- pañía u organización que pueda medir o limitar lo que la experiencia pueda o deba ser. Todos estamos en ese momento Big Bang donde la creación y la conciencia del metaverso está naciendo”. Una más: “El metaverso es donde tu persona física y tu persona digital se vuelven una realidad unificada”, Alexander Fernandez, CEO de Streamline Media Group. ¿Existe ya el metaverso? No, realmente. Lo que ini- cia son las semillas de lo que pronto comenzaremos a ver y vivir. Toda una galaxia de posibilidades y oportu- nidades. Apenas la punta del iceberg.
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