AMAZON NO TRAE LA FELICIDAD
MUCHA EXPOSICIÓN A MARCAS: SEGÚN FORBES , LOS MIEMBROS DE LA GENERACIÓN Z PASARON EN PROMEDIO 297 HORAS EN INSTAGRAM EL AÑO PASADO.
No se puede cambiar el pasado, pero lo que sí se puede hacer es trazar una estrategia para no revivir errores. Emily Guy Birken, autora y coach de finanzas, aclaró en entrevista con la emisora Wisconsin Public Radio que no está mal comprar artículos o gastar di- nero para sentirse bien. El problema se desata cuando piensas que necesitas recompensar o contrarrestar cada cosa buena o mala que pasa en tu vida. Birken sugiere dos acercamientos: en el primero, la pereza va a ser nuestra aliada, porque tendríamos que ponernos obstáculos para comprar. “Guardar la infor- mación de tu tarjeta de crédito no te conviene. Si te tienes que levantar, encontrar tu cartera y regresar a tu computadora y piensas ‘qué flojera hacer todo eso’, eso te dice que realmente no quieres hacer esa com- pra”, aseguró. Otra maniobra es borrar las cookies de tu navegador y darte de baja de todos los newsletters de tiendas y marcas. En redes sociales puedes silenciar o dejar de se- guir marcas, tiendas e influencers , e incluso puedes desinstalar apps de compras. Entre más trabajo te cueste comprar, más tiempo tendrás para pensar si realmente quieres gastar ese dinero. El segundo acercamiento de Birken es el cambio de hábitos. Ella dice que reenfoques tus propósitos de vida: ¿quieres ser una persona endeudada toda su vida o un genio financiero que ahorra? Otras estrate- gias son consultar con la almohada antes de comprar algo que no sea una necesidad. Si al despertar no te acuerdas o no sientes que lo quieres lo suficiente, no lo compres. También puedes hacer un presupuesto y especificar un monto para gastos discrecionales. Así puedes ver en qué se va tu dinero y tomar decisiones de adulto con la cabeza y no con el corazón.
MINDFULNESS FINANCIERO La naturaleza está sanando: las amigas ya se están viendo para el cafecito, los conciertos están regresan- do y los cubrebocas comienzan a dejar de ser obli- gatorios. Es el momento ideal para asumir una nueva actitud hacia el gasto y las emociones. Las compras de pánico e innecesarias obviamente no hicieron que la pandemia terminara más rápidamente, pero lo que sí hizo fue sumarle el sentimiento de culpa al estrés y ansiedad con los que vivimos. Esta etapa, tan llena de incertidumbre como siem- pre y en la que el statu quo cambia de un día a otro, es un buen comienzo para afrontar esta nueva reali- dad y encontrar confort en los pequeños placeres de la cotidianidad, comprar con intención y ahorrar para estar listos si más días complicados llegan (espere- mos que esto no pase pronto). Es muy cierto lo que dicen los papás: el dinero no crece en los árboles y en la actualidad es aún más cierto que la felicidad no va a llegar a tu casa en una caja de Amazon (¡ sorry , Juan!).
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