Revista Vivienda Infonavit Año 6 No 1 (Junio 2022)

incorporar la función social del suelo, vivienda y ciudad no solo como dimensiones materiales, también como procesos simbólicos sobre los vínculos e integración social. La visión colectiva sobre las viviendas, barrios, ciudades y una mirada país desencadenará la construc- ción de alternativas para nuevas políticas sociales que se centren en el habitar :

Independiente de las alter- nativas, el derecho a la ciudad debe ser el paradigma de tra- bajo que potencie las redes de apoyo, priorizando el uso que adquiere la vivienda, el suelo y la ciudad por sobre su valor de cambio, siendo bienes comunes y no mercancías transables. El dere- cho a la ciudad debe ser incorporado como un abordaje territorial y político que resguarde la función social de la vivienda y la

El verbo ‘habitar’ maneja la integralidad de nuestra vinculación territorial. Todos nuestros pasos y quehaceres se dan en el territorio y no es posi- ble seguir separando los procesos sociales de los naturales que caracterizan la enorme diversidad de ecosistemas que constituyen nuestra biosfera (Ortiz, 2021).

ciudad en América Latina, determinando el tipo de socie- dad en la que queremos vivir, contrarrestando la mercan- tilización de la vida urbana que es una de las principales consecuencias de la reproducción de la desigualdad. Actualmente, en una etapa avanzada de mitigación de la COVID-19 y en una fase temprana de reacción ante la crisis social, la vivienda y la ciudad deben ser temas prio- ritarios en las agendas públicas. El énfasis tiene que ser sobre los territorios en los que queremos y deseamos vivir, vinculando una participación que construya políticas a escala ciudadana, para que, realmente, nadie quede atrás. Vamos tarde como sociedad, pero todavía somos res- ponsables de construir justicia para todas y todos en nuestros territorios.

Plantear acciones desde el habitar superará la visión de ciudades medidas por su infraestructura o lugar en los rankings internacionales, priorizando decisiones para, con y desde la ciudadanía. Hoy no existe una única decisión o respuesta modelo, porque no existe una ciu- dad única. En algunos territorios el foco será la renova- ción o regeneración urbana, en otros la urbanización de asentamientos, el mejoramiento integral de barrios, la densificación que promueva integración social, políticas habitacionales, entre otras.

Referencias Borja, J. (2011). Revolución urbana y derecho a la ciudad. Quito: OLACCHI.

Di Virgilio, M. y Perelman, M. (2014). Ciudades latinoamericanas: desigualdad, segregación y tolerancia. Buenos Aires: Clacso. Ortiz, E. (2021). Producción social del hábitat. Procesos transformadores y nuevos desafíos. En Dammert, M. et al. (coord.), Múltiples miradas para renovar una agenda urbana en crisis. Buenos Aires: Clacso. Plataforma Global por el Derecho a la Ciudad (2016). El derecho a la ciudad. Construyendo otro mundo posible. Guía para su comprensión y operacionalización. São Paulo/Barcelona/Ciudad de México. Techo (2016). Desde el territorio. Estudio de caso en 6 asentamientos informales de América Latina. Santiago: TECHO. Techo (2020). Experiencia de liderazgos comunitarios en el contexto del COVID-19. Santiago: Techo.

Notas 1

La Agenda 2030 establece la temática urbana como transversal para lograr el desarrollo sostenible. La inclusión en la Agenda 2030 del ODS 11, “Lograr que ciudades y asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”, posiciona a la urbanización y al desarrollo urbano en el centro, reconociendo su importancia para el bienestar de la población y el desarrollo económico, social y ambiental. 2 La Nueva Agenda Urbana fue aprobada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, Hábitat III en Quito, el 20 de octubre de 2016. Es una propuesta de acciones que buscan un cambio de paradigma para orientar políticas, programas y proyectos para el desarrollo urbano sostenible a escala global.

31

Made with FlippingBook Digital Publishing Software