La Economía Intangible en España 2019

LA ECONOMÍA INTANGIBLE EN ESPAÑA INTANGIBLES, DESIGUALDAD Y CONVERGENCIA EN LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS

Gráfico 3.5. Inversión en activos intangibles sobre el PIB* por tipos de activos. Total economía. CC. AA., 1995 y 2016 * . (Cont.) (porcentaje)

g. Capital humano específico de la empresa

h. Estructura organizativa

0,7

1,3

Madrid, Comunidad de

Madrid, Comunidad de

0,9

1,6

0,7

0,9 0,9

Asturias, Principado de

Cataluña

0,8

0,6

0,8

País Vasco

España

0,8

0,9

0,6

0,8

Cataluña

Comunitat Valenciana

0,8

0,9

0,6

0,7

Cantabria

Asturias, Principado de

0,8

0,8

0,6

0,9

España

Rioja, La

0,8

0,8

0,6

0,7

Canarias

Murcia, Región de

0,8

0,7

0,7

Navarra, C. Foral de

Aragón

0,8

0,8 0,8 0,8 0,8

0,6

Balears, Illes

Cantabria

0,8

0,6

Extremadura

Navarra, C. Foral de

0,8

0,7

0,5

0,6

Murcia, Región de

Andalucía

0,8

0,7

0,6

0,5

Andalucía

Galicia

0,8

0,7

0,8

0,6

Aragón

País Vasco

0,8

0,7

0,8

0,6

Comunitat Valenciana

Canarias

0,8

0,7

0,6

0,6

Galicia

Balears, Illes

0,8

0,7

0,6

0,6 0,6

Castilla y León

Extremadura

0,8

Castilla-La Mancha

Castilla y León

0,5

0,5

0,8

0,6

Rioja, La

Castilla-La Mancha

0,6

0,4

0,8

0,6

0

1

2

3

0

1

2

3

1995 2016

1995 2016

* ampliado Fuente: Fundación Cotec-Ivie, Fundación BBVA-Ivie (2019) e INE (2019d)

para España en 2015, tan solo 0,13 pp más que veinte años antes. Madrid ocupaba la primera posición en 2016 (1,61%), y también en 1995 (1,26%). Cataluña (0,94%) era la segunda. Las restantes diecisiete presentaban valores inferiores, especialmente en los dos archipiélagos que ostentaba las ratios más bajas: 0,66% en los dos casos. En definitiva, también en esta variable destaca Madrid seguida a cierta distancia por Cataluña. Para analizar con detalle la evolución de los AI por tipos de activo en las distintas CC. AA., se remite al lector al anexo 1 del presente informe.

más de treinta años Solow (1987) formulara su muy cono- cida frase “los ordenadores están por todas partes menos en las estadísticas de productividad” —más adelante co- nocida como la Paradoja de Solow— es que invertir en TIC (ordenadores entonces, inteligencia artificial ahora) por sí mismo no aumenta la productividad si no va acompañada de cambios en la organización y en la formación de los trabajadores que permitan extraer todo su rendimiento. El panel h del cuadro 3.5 muestra el peso de la inversión en mejoras en la organización de las empresas en relación al PIB de las CC. AA. españolas. El peso es pequeño, el 0,94%

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